Winnie Pooh y el pequeño efelante
Es la tercera ocasión (después de La película de Tigger y La gran película de Tigger) en que se produce para el cine un film de animación con las andanzas del osito Winnie Pooh y sus amigos del Bosque de los Cien Acres, personajes y lugares creados por el dramaturgo y periodista británico A. A. Milne en dos libros destinados al público infantil, en 1926 y 1928. Aquí, el osito y sus compañeros están dispuestos a ahuyentar del bosque a los llamados efelantes, supuestamente culpables de los problemas que están ocurriendo en el lugar. La pandilla deja atrás –por lo menudo de su tamaño– al pequeño canguro Rito, pero será éste quien se hará amigo de un joven y juguetón efelante, en cuya compañía buscará disipar las infundadas sospechas de sus amigos y familiares. Dirigió Frank Nissen y la duración está pensada –como todo el film– para los más chiquitos: 68 minutos.

El hijo de la máscara
Regreso doblado al castellano, diez años después, de los estrambóticos poderes de La Máscara de Loki, ese objeto mitológico que desataba el otro yo de su poseedor y le permitía cambiar infinitamente su forma física, con lo que se imponía en cualquier trance. El éxito del film original contribuyó a la fama de Jim Carrey, que componía a un patético loser que se convertía, gracias a La Máscara, en un triunfador capaz de conquistar a la bella Cameron Díaz. En esta segunda entrega, quien despliega las sorprendentes habilidades provistas por la careta no es un adulto sino un bebé, para preocupación de sus padres, quienes además deberán evitar que el chico salga lastimado de los intentos de recuperar la máscara que hace el citado Loki, un malísimo dios escandinavo. Jamie Kennedy (Scream) y Alan Cumming (Titus) protagonizaron El hijo... a las órdenes del director Lawrence Guterman (Como perros y gatos).