ESPECTáCULOS
› ESTRENO DE UNA OBRA DE PANISELLO
POR LA SINFONICA NACIONAL
Un lenguaje que busca comunicarse
Fabián Panisello es argentino, dirige uno de los grupos de cámara más importantes de Europa y ganó numerosos premios como compositor. Hoy se estrena, aquí, Cuadernos para orquesta.
› Por Diego Fischerman
Fue asistente de Luciano Berio y codirigió con Karlheinz Stockhausen su obra Hochzeiten. Conduce en España el Pluralensemble, reconocido como uno de los mejores grupos de cámara europeos, entre los especializados en música compuesta a partir del siglo XX, y es director académico de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, en Madrid. El argentino Fabián Panisello es, además, compositor, y varias de sus obras fueron premiadas en concursos internacionales. Una de ellas, Cuadernos para orquesta –que obtuvo el año pasado el Primer Premio Iberoamericano Rodolfo Halffter, en México– será estrenada hoy en Buenos Aires por la Orquesta Sinfónica Nacional, con la dirección de Alejo Pérez.
“La situación en España es, en este momento, muy favorable”, cuenta a Página/12. “Los mismos músicos españoles dicen que las cosas han cambiado muy favorablemente en los últimos tiempos. Por un lado, el bienestar económico, que ha hecho que muchos españoles que en algún momento salieron del país para perfeccionarse ahora quieran volver y por otro el hecho de haber estado un poco marginada durante mucho tiempo, hace que, ahora, se viva allí una especie de florecimiento, en que el nivel de los instrumentistas y los grupos de cámara es excepcionalmente alto y donde hay un movimiento muy notable en cuanto a cantidad y calidad de los conciertos y estrenos de composiciones nuevas.” Panisello se formó inicialmente en Buenos Aires, con Francisco Kröpfl y Julio Viera, y luego en el Mozarteum de Salzburgo con Boguslaw Schaeffer, donde obtuvo el premio especial de excelencia. Completó su formación con Elliot Carter, Franco Donatoni, Brian Ferneyhough y Luis de Pablo en composición con Peter Eötvös y Zsolt Nagy en dirección. “Los países que definieron las estéticas hegemónicas en los sesenta tienen cada vez menos público para la música contemporánea mientras que en España, o en Inglaterra o Finlandia, hay cada vez más”, explica.
“En estos países, que hasta ahora no habían sido centrales, hay mayor libertad”, reflexiona Panisello. “Un mayor eclecticismo que me parece sano, que no retorna para atrás pero le da importancia al público y a la comunicación como fenómeno. Creo que ésa es la gran deuda que tienen Francia y Alemania con respecto al público. Ellos perdieron su audiencia y ése es un fracaso que no suele enunciarse de esa forma. Siempre aparece enmascarado de una cortina intelectual que le echa la culpa, sobre todo, a los oyentes, que ‘no entienden la música contemporánea’. Lo que podría identificarse con una estética francesa tiene que ver, sobre todo, con músicas muy estáticas, basadas en micromovimientos dentro de masas que no se mueven, que no están orientadas armónicamente. Evidentemente, eso está muy bien trabajado pero fue, durante mucho tiempo, en una dirección que no fue compartida por el público; que no tenía en cuenta el oído. Todos los compositores que pertenecemos a una generación más actual estamos obligados a plantearnos por qué lo que hemos heredado comunica tan poco. Tenemos que dejar de pensar que la gente no entiende porque no está capacitada y empezar a ver qué pasa con el propio lenguaje.”