El cantante de blues estadounidense Jimmie Lee Robinson, cuya carrera comenzó en los años cincuenta en Chicago, fue encontrado muerto con un tiro en la cabeza, en un marco que indicaría que se suicidó. El músico, de 71 años, fue descubierto el sábado pasado en el abandonado sur de la ciudad, pero la noticia recién se difundió ayer. Por distintos motivos, que incluyen la escena de la muerte, la policía de Chicago cree que se trató de un suicidio. Hace poco, contaron sus allegados, los médicos le habían diagnosticado cáncer. El cantante era uno de los artistas más solicitados en los clubes de blues de Chicago en los años cincuenta, y en los noventa vio reverdecer sus laureles, ya como una gloria del pasado. Sus fanáticos lo admiraban sobre todo por sus textos sensibles.
Cuando el interés por el blues se redujo en los años setenta, Robinson comenzó a trabajar como taxista, carpintero y comerciante, hasta que se unió en 1998 a la discográfica APO Records y realizó grabaciones hasta poco antes de su muerte. Hace dos años volvió a tener gran notoriedad cuando realizó una huelga de hambre de 81 días en protesta por la destrucción de manzanas con viviendas en la histórica Maxwell Street. Sus sentimientos frente a la destrucción de la calle en la que llegó al mundo y en la cual se crió quedaron plasmados en la canción “Maxwell Street Tear Down Blues”.