ESPECTáCULOS
“Soñaba desde los 14 años con hacer a Frida Kahlo”
La actriz mexicana Salma Hayek protagonizó y produjo “Frida”, la película que ayer abrió la edición 2002 del Festival de Venecia. El film sobre la controvertida pintora tardó siete años en poder concretarse.
“Se trataba sin dudas de un proyecto difícil: estaba contando una biografía, era una historia de amor entre un hombre grande y una discapacitada, los protagonistas eran comunistas, ella era bisexual y además eran mexicanos.” La actriz mexicana Salma Hayek detallaba, no sin una pizca de ironía, la suma de dificultades que se confabulaban para hacer de Frida una película de resolución incierta. El aplauso de la crítica, al término de la exhibición que prenunció la inauguración oficial de la 59 Mostra Internacional de Cine de Venecia, el mas antiguo de los festivales europeos le extendió un aval que luego debía refrendar el público, en el inicio formal del certamen.
Un certamen, ciertamente, precedido por polémicas y discusiones que alteraron la tradicional placidez paradisíaca de esta ciudad. Ayer, un detalle institucional testimonió implícitamente el estado de las cosas: el nuevo director de la Mostra, el suizo Moritz de Hadeln, presentó esta nueva edición en ausencia del ministro de Cultura italiano, Giuliano Urbani, con el que en los últimos días ha mantenido algunas diferencias a través de entrevistas en los medios de comunicación. El protocolo, sin embargo, no acusó registros de incomodidad alguno. La maxima diva del cine italiano Sofía Loren le dio glamour a la sala de presentaciones, mientras desde el escenario saludaba la intérprete china Gong Li, que este año preside el jurado de la Mostra.
Debe admitirse que no era empresa fácil internarse en la apasionante y atormentada vida de la pintora Frida Kahlo. Hay en Frida (el film), más allá de los aciertos y errores que la atraviesan, y de los consabidos padecimientos que atribularon al personaje escogido, una sutil proyección del sufrimiento que supuso su rodaje. Hayek, protagonista y productora del film, luchó durante siete años por hacer esta película. De algún modo, reconoció la actriz mexicana, el estreno de este trabajo terminó justificando todos los sacrificios y los obstáculos que acompañaron su realización: “Olvidé todo lo que pasé estos años, porque el último fue maravilloso. El día más excitante de mi vida fue cuando empezó el rodaje”, sostuvo ayer Hayek, todavía conmovida por el hecho de haber inaugurado la venerable muestra de Venecia.
En el terreno formal, la película, en la que el británico Alfred Molina encarna al muralista Diego Rivera, el australiano Geoffrey Rush hace de Trotsky y Antonio Banderas se pone en la piel de David Alfaro Siqueiros, cuenta la historia de Frida Kahlo según la biografía escrita por Hayden Herrera. La artista falleció en 1954 a los 47 años, tras padecer sufrimientos físicos durante casi toda su vida, debido a un accidente. Su calvario quedó registrado en decenas de autorretratos, que hoy integran la lista de obras de arte latinoamericano más cotizadas. Desde que Hayek tenía 14 años, el fantasma de Frida rondó por su vida, reconoció la actriz. “Quería contar la historia de acuerdo a mi visión y ser justa con este maravilloso personaje que influyó tanto en tantas generaciones –agregó–. Por suerte encontré a Julie, que mostró magistralmente el espíritu de esta mujer y de mi país. Frida muestra como nunca antes, cómo es México y cómo son los mexicanos.”
La interpretación de esta mujer “apasionada por la vida” es, según algunos comentaristas estadounidenses, el salto cualitativo que le hacía falta a la actriz mexicana en su carrera. Incluso hay quienes ya le predicen una nominación al Oscar. Pero todavía falta mucho para eso. Taymor, por su parte, señaló que el hecho de que Frida pintara su vida le facilitó el rodaje, como si la artista hubiese ido prefigurando imágenes veladas de una futura película. “No queríamos hacer sólo una biografía, sino también mostrar cómo creaba, su visión. Hacer una mezcla entre realismo y surrealismo. Mostrar la historia de amor, la creación artística y los acontecimientos políticos.”
Un poco a la defensiva, la realizadora aseguró que trabajó con total libertad y que no hizo nada por”embellecer” determinados aspectos de la vida de la artista con el fin de llegar a un público más amplio. Taymor y Hayek contaron que para la investigación se basaron en cientos de entrevistas con personas que conocieron a Frida y a Diego, entre ellas, la legendaria cantante Chavela Vargas, quien fue amiga íntima de la pintora, y que regresa al cine en esta película, encarnando nada menos que a la Muerte.