Mié 04.09.2002

ESPECTáCULOS  › ENTREVISTA AL MUSICO POPULAR ROCKERO PALO PANDOLFO

“Hoy me siento un artesano”

Luego de su experimento solista, el ex líder de Don Cornelio y Los Visitantes armó un grupo. Inspirado en el Tao lo llamó La Fuerza Suave”.

› Por Cristian Vitale

“La Fuerza es Suave.” El aforismo del Tao brindó a Palo Pandolfo la idea para el nombre de su nueva banda. La Fuerza Suave, en efecto, es el nuevo paso de la etapa de su carrera comenzada en 1999, como producto, dice, del nacimiento de Anahí Lola, su única hija. “Podría reunir a Don Cornelio y La Zona en cualquier momento”, cuenta. “De hecho, cuando murió el padre de Alejandro Varela –guitarrista de la banda psicodélico/romántica/dark de los ‘80– estuvimos todos haciéndole el aguante. Somos muy amigos, pero no lo necesito ahora. Sólo me interesan La Fuerza Suave y mi cuarteto de guitarras criollas.” Así describe Pandolfo su presente, que encuentra un paraje sereno luego de una excitada transición solista que duró dos años y medio, en la que armó infinidad de grupos con músicos disímiles. Primero intentó una súper banda con Fernando Lupano, Andrea Alvarez, Federico Gil Solá y músicos de los Súper Ratones; después cambió formatos y nombres con absoluta y acostumbrada libertad. “Roté muchas formaciones, dúos, tríos y sextetos. Pero desde la gira cooperativa que realizamos con La Fuerza Suave por la costa (Sueños Atlánticos) encontré una constancia”, resume.
–¿Podría definir el período como una transición impaciente?
–Diría experimental, por usar un término más elegante. Es paradójico buscar una carrera solista y a la vez, pasar dos años y medio consolidando una banda. Fue un aprendizaje espectacular, de interacción con músicos del palo afrolatino, bateristas de rock de Caballito o gente del pop depurado de Ramos Mejía. Hasta me di el lujo de hacer rock con contrabajo. Al principio, mostré mi trabajo y me respondieron “muy lindo, pero no hay presupuesto”. Ahí me dije “lo tuyo nunca fue negociar contratos, pibe, sino salir a tocar”. Entonces armé una banda con sesionistas y debuté en la Facultad de Bellas Artes sin disco en la calle.
Menos ecléctico, más seguro de su futuro, Palo presentará a la flamante Fuerza Suave este viernes en La Fábrica (Querandíes 4290) junto a Willy Polvorón. El doble objetivo del show es exponer entero el disco A través de los sueños y también adelantar canciones aún inéditas de Palo y La Fuerza Suave, el disco debut de la banda que sucede a Los Visitantes. “Por primera vez en mi vida estoy armando un trabajo latino rioplatense con música catártica, para bailar. Con Los Visitantes hacíamos algo, pero no podíamos parar con el eclecticismo. Era todo rock, pop, balada, chacarera, zamba, tango y cumbia. Ahora, en cambio, compongo para mover el orto, pero concibiendo la canción como vehículo de una letra”, anticipa.
–¿Hay paralelismo entre A través de los sueños y La fuerza suave?
–El disco solista es muy artesanal, muy vívido. Es a la brasileña, con muchos invitados. La Fuerza, en cambio, es más funcional. Hoy no necesito más que eso.
–¿Mantiene el concepto de “letra útil”, afín a ciertos lapsos de su pasado?
–Tal cual. Un disco debe ser artesanal, debe servir como cántaro para llevar agua del arroyo a la mesa de tus hijos. Un cántaro útil para transportar ideas. Hoy me siento un artesano
–Su poesía puede parecer críptica, a veces. ¿Cómo hace para mantener el concepto de utilidad?
–Lo relaciono así: ya no creo que el vicio sea mi fuente de vida como en el pasado, no creo que el vicio sea la respuesta. Cada vez difiero más la poesía de la letra, que tiene que ser de entendimiento instantáneo, tenés que estar cantándola. Desde A través de los sueños trato de laburar las letras desde un lugar de comunicación de ideas.
–Un proceso más consciente que impulsivo....
–En parte. Si bien presto mucha atención a los primeros impulsos, hay un tiempo posterior de elaboración que antes descartaba. “El tema virgen”, “Todos somos el enviado” o “Trabajar” son canciones escritas desde lo consciente. Creo que la catarsis letrística ya la hice... ahora estoy en otra etapa. Lo bueno es ir quemando fases como Buda para no cristalizarse.Si fuera Charly García podría quedarme todo el día tomando merca y tocando el piano, pero lo mío también es decir. El mismo Spinetta dijo que la cocaína destruye al más pintado.
Pandolfo debutó como solista en 1999. En plan de trovador, se plantó con su guitarra frente a 30 mil personas en un festival y la primera sensación fue un escozor tremendo. “Me temblaban las piernas como una hoja” revive. El año había sido demasiado para él. En marzo, mientras su mujer Karina Cohen quedaba embarazada, la fusión entre Universal y Polygram le rescindía el contrato a Los Visitantes sin reparar en que el último disco, Desequilibrio, había vendido 9 mil copias en un mes. “Era un momento impresionante para Los Visitantes. Si le hubiese regalado un whisky a tiempo a Pelo Aprile –dueño de Polygram–, no hubiésemos caído en el plan de achique que dejó a la mitad de la gente afuera” evoca sarcástico. El golpe fue letal para la banda. Hicieron un ciclo de tango con contrabajo y guitarras criollas, en el que Palo utilizó todo su arsenal poético para descargar sobre las multinacionales y se despidieron en julio con un show intimista en el Teatro de la Ribera. “Mi idea era hacer una despedida grossa para dejar una buena imagen. Pero los demás prefirieron el bajo perfil. Todo terminó después de editar Herido de distancia, el compilado con dos temas nuevos.”
–¿En qué porcentaje influyó la medida del sello para que se separaran? ¿Fue inesperado, teniendo en cuenta el nivel artístico y el reconocimiento popular que habían alcanzado con Maderita, por ejemplo?
–Creo que la tornó más dolorosa. Pero la separación era inexorable, yo ya había pensado en encarar una carrera solista. Recuerdo que les dije “aguántenme dos años y grabamos un disco de rock primal”. Pero fue todo muy doloroso. Los Visitantes explotaron y se atomizaron. No hubo resto para bancar mi alejamiento. Hoy por hoy, creo que sería más fácil reunir a Don Cornelio que a Los Visitantes.
–Igual que ciertos hombres, Los Visitantes crecían y se tornaban más tangueros. ¿Continúa en ese proceso?
–Un viejo sabio y callejero me dijo que hasta los 45 puedo hacer lo que se me cante. Tengo mi cuarteto de guitarras tangueras, pero a su vez pienso “loco, no podés ser tan ortiva con 20 años de rock and roll”. Todavía no estoy de vuelta.

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