Mié 04.09.2002

ESPECTáCULOS

La sociedad del futuro, envuelta en otro choque de civilizaciones

“Samurai Jack”, la nueva apuesta de Cartoon Network, imagina un hipotético universo multicultural regido por el autoritarismo.

El auge que en la última década tuvieron los dibujos animados orientales parecería haber decrecido. Luego del furor que durante buena parte de los ‘90 causaron los animé del tipo “Pokémon”, una renovada tendencia asoma en el mundo audiovisual dedicado al público infantil. Las nuevas series, aun sin renegar de cierta estética del animé, ya no son protagonizadas por personajes de ojos rasgados, ni están caracterizadas por los códigos japoneses. La línea estilística que está emergiendo con mucha fuerza en estos momentos combina la temática propia del animé con ciertos rasgos occidentales. “Las Chicas Superpoderosas” es un ejemplo de este cruce de mundo. Algo similar puede decirse de “Samurai Jack”, la nueva serie que la señal de cable Cartoon Network estrena el viernes a las 19 (repite los sábados a las 10 y los domingos a las 18).
La diferencia principal entre los dibujos asiáticos y “Samurai Jack” se manifiesta, en un principio, en el aspecto físico de los personajes. Pese a que está metida en la historia de un guerrero de origen oriental, la fisonomía del protagonista de la serie no responde al canon. De fisonomía musculosa y ojos amplios, “Samurai Jack” plantea una convivencia entre la cultura occidental y la oriental, que hasta ahora no se había dado en el universo de los dibujos infantiles. Porque la mentalidad oriental del joven Jack se relaciona permanentemente con pensadores europeos, deportistas italianos y monjes tibetanos para aprender caballería, esgrima y artes marciales. De esta manera, el dibujo creado por Genndy Tartakovsky (el mismo realizador de “El laboratorio de Dexter”) no se remite exclusivamente a la civilización oriental sino que construye un universo multicultural en el que no faltan la música electrónica, los rascacielos y las últimas tendencias referidas a la vestimenta.
Otro de los atributos que permiten aludir a una suerte de nuevo estilo de animación es el suspenso y el misterio, que en “Samurai Jack” cumplen un papel fundamental en la historia, potenciados por la música y la expresividad que logran transmitir los personajes. No es de extrañar que los diálogos no abunden en la serie y que sólo estén incluidos cuando son indispensables. En “Samurai Jack”, el aspecto visual está trabajado con sumo cuidado. Y la búsqueda del humor, a través de una galería de personajes que rozan el absurdo, es una de sus características.
Tal vez sea la trama el elemento menos interesante de “Samurai Jack”, debido a que el eje navega en la remanida lucha entre el bien y el mal. La representación del bien está personificada en Jack, un joven samurai que tiene la misión de salvar a la civilización de las sucias manos de Aku, un malvado mago que simboliza el mal. La historia es así: luego de permanecer prisionero en la fosa del odio, Aku logró salir a tierra y dominar al mundo a través de sus poderes demoníacos. En su campaña bélica, el portador de la oscuridad detiene al padre de Aku, que previendo este momento mandó a su hijo a un campo de entrenamiento y le concedió una espada encantada con poderes, para que la utilice en contra de todo aquel que quiera hacer el mal en el universo.
Realizada la introducción, el capítulo que podrá verse el viernes culmina con el primer enfrentamiento entre Aku y Jack. En el combate, Aku hechiza a Jack y lo envía a un futuro dominado por las fuerzas del mal. El resto de los doce capítulos que componen la serie dará cuenta de la pugna entre estos dos enemigos en una supuesta sociedad futura. Es justamente a partir del ingreso a esta sociedad autoritaria que la cultura occidental y la oriental chocan bruscamente, surgiendo de este encuentro toda clase de situaciones disparatadas. En su mayoría, producidas por la adaptación del samurai a las formas de la vida moderna. Porque, más allá de entretener a los más chicos a través de la acción y el color de sus paisajes, “Samurai Jack” vaticina (o al menos pretende hacerlo) un futuro multicultural dominado por el autoritarismo. El germen, de acuerdo con lo que manifiesta la serie, se encuentra en la exacerbación de las diferencias que distinguen a cada cultura.

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