Vie 06.09.2002

ESPECTáCULOS

“Es fama inmediata, pero en realidad es un juego”

Desde esta noche, la ex modelo Deborah de Corral conducirá por Telefé “Quiero ser famoso por un día”, en que gente común pasará un día como si fuera Pampita, Natalia Oreiro o Sebastián Verón.

› Por Patricia Chaina

La modelo Deborah del Corral tiene su pequeño lugar en la historia de la televisión argentina. Ella fue la conductora “joven” que a través de un programa de edición vertiginosa (El rayo) modificó, entre otras cosas, el código de la entrevista y la forma de presentación de un personaje. Impuso además la identificación del programa con su figura, entre otras cosas porque no adhería a la distancia glacial entre la conductora y su entrevistado, desde una faceta aparentemente naïf. Combinando la parsimonia del “dejar hacer” nacida del hippismo con ciertas formas cosméticas del punk, develaba que había otro modo de ser frente a las cámaras de televisión. Sin embargo, luego de construir ese personaje redituable en términos de imagen televisiva... se alejó del medio. Luego de unas temporadas en Londres, volvió a la televisión como personaje de la serie policial 099-Central –una ladrona enamorada del personaje que interpreta Carolina Peleritti–, y ahora volverá a probarse el traje de conductora: será la presentadora del flamante Quiero ser famoso por un día, un programa producido por Ideas del Sur que Telefé estrenará esta noche a las 21.
El vehículo que la transporta no es de vanguardia, en este caso, sino otra ola de una moda: gente común convertida en protagonista de un espacio de TV. Se trata: “de un juego –explica ella a Página/12–, donde los pibes pueden divertirse, viviendo lo que hace su ídolo, futbolero, cantante, actor-actriz, por un día”. Así, fanáticos de Natalia Oreiro, Andrés D’Alessandro, Diego Torres o Bandana podrán vivir la vida de sus ídolos durante un día que culmina, obviamente, con un encuentro con su personaje favorito. En rigor, “Quiero ser...” es una versión argentina de lo que MTV programa como entretenimiento para los fanáticos de celebridades musicales bajo el nombre de Becoming a star.
–¿Por qué cree que la gente se presenta para tratar de ser famoso por un día?
–La consigna es muy general, por eso trato de separar lo que hacemos, que está dentro del rubro de fama inmediata, pero sin perder de vista que es un juego. No estamos promoviendo ser famosos por la fama en sí, sino el que un fanático de una persona particular, puedan conocer a esa persona.
–El ganador tendrá un espacio propio en televisión...
–Pero no se les hace creer a los participantes que van a ser famosos en su vida, sino conocer a su famoso favorito y poder, durante un día, vivir un poco eso, que no se trata de ser famoso, sino de vivir lo que hace la persona a quien ese participante admira. Obvio que es fuerte una hora de TV, pero yo imagino esa persona en diez años, habiéndose recibido de lo que quiso o haciendo lo que haga, y con este video para mirarlo y decir: “¡Guauaau! Mirá lo que hice hace diez años, qué loco, re divertido!” Esto es un regalo, así de simple. Un día de diversión absoluta porque no exige nada del pibe que viene al programa, no se les dice esta “es la oportunidad de tu vida, demostrá tu talento y serás famoso los próximos quince días”. Convengamos que el único programa que funciona así, es productivo y tuvo como conclusión un producto de gente que labura es Popstar con Bandana. Esto no es un reality shows donde se inventan los personajes. Acá se trata de que los pibes se vengan a divertir y tengan un momento memorable, de por vida.
–¿Qué promedio de edad tienen los participantes y qué famosos idolatran?
–Están entre los trece y los venti... cortos. No fue impuesto, se dio así y con ellos ya grabamos cuatro episodios. Ahora estamos yendo a Italia para hacer algo con Verón y Batistuta. Los ídolos van de los futboleros, a los cantantes, pasando por el actor-actriz.
–¿La función de conducción incluye acompañar a los chicos en el proceso de vivir la vida de su ídolo hasta conocerlo?
–No, a mí me interesaba hacerlo pero después quedamos en que no porque ya el momento es emotivo. Mi presencia lo haría más dramático y no esdramático, es divertido. Y si encima de todo el raye de los pendejos de pasar el casting, quedar elegidos, llorar de emoción, de alegría porque conocen a su ídolo, que tiemblan y se les doblan las piernas, yo aparezco diciéndoles “Si querés llorar llorá”, sería demasiado... Tampoco tengo porqué estar haciéndoles de hada madrina porque no lo necesitan, ellos se están divirtiendo con la situación y yo presento eso. Adhiero porque sino no lo estaría haciendo.
–¿Si tuviera que elegir ser otra persona por un día, en quién pensaría?
–Lo primero que se me pasa por la cabeza, es mi mamá. Pero yo soy yo y me encanta ser yo.
–¿Y dentro del juego?
–Si me tienen que obligar a elegir, creo que Madonna sería muy divertido, me gustaría, aunque preferiría conocerla en otras circunstancias.

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