ESPECTáCULOS
La historia de un periodista mártir
“Carlos Cardoso”, del mozambiqueño Rehad Desai, retrata a un periodista que enfrentó la corrupción de su país y pagó con su vida.
› Por Oscar Ranzani
El periodista mozambiqueño Carlos Cardoso había trabajado en numerosos medios de comunicación estatales de su país cuando lo asesinaron a balazos. Fue el 22 de noviembre de 2000, después que denunció el robo de 14 millones de dólares que protagonizaron algunos funcionarios del Banco Comercial de Mozambique (BMC), que era propiedad del Estado. Su muerte marcó a gran parte de la sociedad de ese territorio. Es que Cardoso se había animado a ejercer el periodismo independiente en una región que a comienzos de los ‘90 conservaba resabios del apartheid, y había virado de un gobierno socialista encabezado por el Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) hacia una economía de mercado con el mismo partido en el poder. Sobre esta historia, el cineasta sudafricano Rehad Desai elaboró un documental que cuenta la historia del periodista. Carlos Cardoso es un mediometraje de 33 minutos de duración durante los cuales circulan testimonios de colegas, familiares y amigos del periodista y material de archivo con opiniones del propio Cardoso, que había estudiado Ciencia Política en Johannesburgo. La película se verá hoy a las 18.30 en el microcine del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930), en el marco del Festival Internacional Tres Continentes del Documental. “A diferencia de lo que sucedió con los integrantes del Frelimo, Carlos Cardoso era un marxista independiente”, resalta Desai, que está de visita en Buenos Aires invitado por el Movimiento de Documentalistas, entidad que organiza la muestra.
Mozambique dejó de ser una colonia portuguesa el 25 de junio de 1975, cuando el Frelimo instauró la revolución socialista y colocó a Samora Machel como presidente. Cardoso apoyó la liberación de su tierra y entabló amistad con el primer mandatario. Durante años trabajó en medios del Estado como el diario Tempo y la Agencia Cultural de Mozambique. Pero cuando Machel murió en un accidente aéreo, en 1986, las cosas cambiaron notablemente para el país y para el destino de Cardoso. La guerra civil ya había comenzado cuando Joaquim Chissano asumió como presidente y torció la historia construida diez años antes. “Mozambique abrió sus puertas al libre mercado y, entonces, se produjo una situación en la que hubo gente que acumuló mucha plata rápida e ilegalmente. Se produjo una criminalización de la economía que funcionó como una mafia. A eso hay que agregarle que se produjo una disminución abismal en el presupuesto y dejó de haber plata en el Estado”, comenta Desai. Una historia también conocida en la Argentina.
Cardoso veía como una contradicción trabajar en medios del Estado que estaban bajo la órbita del gobierno contrario a sus principios socialistas. Se dedicó, entonces, a trabajar en forma independiente y fundó el periódico Media Fax y posteriormente el Metical, que tenía el mismo nombre que la moneda de su país. En Metical denunció la corrupción del gobierno y puso el acento en la destrucción que hizo el Fondo Monetario Internacional (FMI) de la industria local. “Como consecuencia de sus investigaciones, el ministro de información prohibió a todas las agencias de periodismo estatales publicar las notas de Cardoso. Y, entonces, los gobernantes se encuentran con una persona que apunta y dice ‘sólo puedes hacer negocios en el Estado si le das plata a las cabezas del Frelimo’. Eso representaba un peligro”, explica.
Para el director, la muerte de Cardoso fue una consecuencia de ese proceso, “aunque es demasiado simplificador decir que fue una conspiración del gobierno. Pero había elementos dentro del gobierno que tenían interés en que él estuviera muerto. Era sólo una cuestión de tiempo. Aunque no se sabe quién dio la orden, la gente del poder sintió que podía hacerlo con impunidad, porque precisamente gozaban de ese poder. Entonces sabían que lo podían matar sin que pasara nada”, explica.
–¿Cambió la manera de hacer periodismo después la muerte de Carlos Cardoso?
–El problema es que Cardoso no era un buen maestro. No sabía escuchar. No dejó gente que pudiera seguir sus huellas y no trabajaba muy bien en equipo con otros periodistas. Aun así, en Mozambique surgieron periodistas independientes, pero hoy en día están bajo mucha presión. Hay cargos contra ellos y algunos están en la cárcel.