Mar 10.09.2002

ESPECTáCULOS

“El oficio es un bronce al que se puede sacar brillo, pero nada más”

El actor Jorge Marrale cuenta cómo plantea, en la obra “Diccionario amoroso”, una puja entre el universo masculino y el femenino.

› Por Hilda Cabrera

“Nuestro ejercicio teatral es éste: nos presentamos al público como si fuéramos a dar una charla, y a partir de ahí empezamos a preguntar cosas en apariencia sencillas, por ejemplo qué es lo que une al hombre y la mujer. Nadie está obligado a responder, pero a nosotros nos interesaba que fuera así. Hablamos de lo que no se dice y de lo conocido.” El actor Jorge Marrale sintetiza de esta forma parte del espectáculo que estrena el jueves en el Teatro Picadilly, de Corrientes 1524, junto a la actriz María Valenzuela. La obra lleva por título Diccionario amoroso, se inspira en un film brasileño de Sandra Werneck y la dirige Víctor García Peralta. Marrale dice que no le temer al lugar común, siempre que éste le permita lograr un vínculo más directo con la platea: “Cada vez más necesito hablar de lo que nos sucede y si es posible con humor”. En esta línea cree haber resuelto parte de su admirable trabajo en El juego del bebé, pieza de Edward Albee que coprotagonizó con Norma Aleandro. “Me gusta abrir la cuarta pared, ingresar a la platea, involucrar a la gente. Esto me hace crecer. En la obra de Albee pude acercarme un poco a la raíz italiana de nuestro teatro: al capocómico. No quiero que ese juego de mentira-verdad se acabe”, apunta.
Debutante en cine en Contragolpe, de Alejandro Doria, y con papeles destacados en otros numerosos films, Marrale conoce como pocos el mundo de la televisión. Integró el elenco de ciclos célebres, como “Amores” y “Atreverse” (de Alejandro Doria), y otros dirigidos por María Herminia Avellaneda, como aquel en que protagonizó Los días de Julián Bisbal (adaptación de la pieza teatral de Roberto Cossa) y La valija (versión de una pieza de Julio Mauricio). Ninguno de estos ámbitos le son ajenos hoy, puesto que está filmando (El séptimo arcángel, de Juan Bautista Stagnaro) y se lo puede ver además en la telenovela “Máximo corazón”, por Telefé. En teatro actuó, entre otras obras, en Noches blancas, Boda blanca, Cartas de amor, La gaviota y Los mosqueteros del rey, ésta con el grupo Errare Humanum Est, cuya última presentación fue en 1997 con la obra Los lobos.
Diccionario... es en principio una obra viajera, musicalizada por Federico Marrale, hijo del actor. El elenco ha recorrido ya varias ciudades y localidades de la provincia de Buenos Aires. Todo un periplo que le planteó el riesgo de mostrarse ante públicos diferentes. Pero el objetivo fue y sigue siendo el mismo: “Lograr que la gente se identifique con lo que ocurre en escena”. Es así que la obra (adaptación del mismo actor en forma conjunta con García Peralta y supervisión del dramaturgo Javier Daulte) plantea “sin demasiadas vueltas todo el itinerario que puede hacer, casi cronológicamente, una pareja: el encuentro, la fantasía de cada uno sobre cómo conocer realmente al otro, y las experiencias cotidianas siguientes, las más dolorosas, absurdas o cómicas”.
Marrale se refiere a un juego de espejos entre los intérpretes y el público, armado en base a las reacciones de los personajes, una arquitecta que no ha tenido anteriormente vínculos amorosos duraderos, y un biólogo, separado y con dos hijos. Seres que se insertan en un determinado nivel socioeconómico pero aquí son retratados de modo independiente: “Lo esencial era apoderarnos de esas almitas y jugar con los comportamientos de cada uno respecto de una situación que, creemos, es divertida”, apunta el actor, convencido de que este juego es posible porque los universos de lo femenino y lo masculino mantienen una “eterna” disputa. “Constituyen una diferencia y al mismo tiempo un vínculo primario que es necesario proteger”, dice Marrale, quien se revela además como defensor a ultranza de los ensayos: “En televisión o teatro pude trabajar bien cuando logré visualizar claramente en los ensayos el contenido de lo que estaba haciendo. El oficio ayuda pero hay que tener cuidado: es el bronce al que uno puede sacarle brillo, pero nada más. Todavía estoy esperando que en latelevisión dejen de verme como un actor para papeles serios y poder hacer el personaje loco que me permita jugar con el humor”.
Encauza esa veta en Diccionario..., un espectáculo para toda edad, según afirma. Lo cree desde que algunas parejas jóvenes invitadas a las funciones de preestreno le comentaran que, aun cuando llevaban poco tiempo de convivencia, les pasaba más o menos lo mismo que a los personajes.

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