Lo primero que hizo Adrián Caetano después de terminar Un oso rojo fue un documental para un ciclo llamado “Visionario”, que Canal 7 planea poner al aire a partir del mes que viene. Dentro de ese ciclo documental, con cada emisión a cargo de un director de cine distinto (Fernando Spiner, Sergio Bellotti y Sandra Gugliotta, entre otros, serán de la partida), Caetano eligió dedicarle el suyo (titulado “Piedra líquida”) a la obra del arquitecto Francisco Salamone. “Es un arquitecto monumental y ambicioso, que llenó la provincia de Buenos Aires de municipalidades, cementerios y mataderos”, cuenta Caetano, que confiesa haber descubierto su historia a partir de un artículo publicado por Juan Forn en Radar. “Lo que hice fue salir a descubrir su obra, que está abandonada y olvidada, y a entrevistar a quienes lo sobrevivieron”, explica el director, que la semana pasada realizó las últimas entrevistas para el documental.
Después de reconstruir la verdadera historia de Salamone, Caetano se dedicará ahora a rodar los once capítulos de “Tumberos”, la serie que le ofreció la productora de Marcelo Tinelli, Ideas del Sur. “Me vinieron a buscar para que la dirija, y me interesó la idea”, confiesa Adrián, que asegura que la serie “será consecuente con lo que pasa en la cárcel, pero a partir de ahí haremos ficción”. La miniserie cuenta la historia de un hombre cualquiera que cae preso, y a partir de ahí cambia su vida. “El protagonista es un tipo común y corriente, que será interpretado por Germán Palacios”, explica Caetano sobre la idea central de una serie que emitirá América también –al igual que “Visionario”– a partir de mediados del mes próximo. Más precisamente todos los lunes a las 23, a partir del 14 de octubre. Además de Palacios, el elenco está integrado por Belén Blanco, Carlos Belloso y Adriana Salonia, entre otros.
En lo que se refiere al cine, mientras tanto, Caetano asegura que va en serio eso de querer seguir con los géneros, y después de un policial hacer una de terror. “Desde hace un tiempo que tengo en la cabeza La gallina degollada, el cuento de Horacio Quiroga. Me encanta la idea de una familia haciendo hijos e hijos hasta sacar uno bueno. Pero sin hacerse cargo de los que salieron mal. Me parece algo muy de clase media”, adelanta Caetano, que sin embargo aclara que ve muy difícil la posibilidad de llegar a filmar el cuento de Quiroga por un problema de derechos de autor. “Ya estuve averiguando, y los derechos caducan recién en el 2015”, se lamenta Caetano, al que le gustaría que –tal como le llegó la miniserie que acaba de comenzar a dirigir– le llegue algún guión para llevar al cine. “Igual, ya no tengo la urgencia por filmar que antes. Quiero proyectos para cranearlos con más tiempo, poder pensar más las cosas”, asegura el director, que sorprende cuando se le pregunta qué le gustaría filmar. “Tengo ganas de filmar escenas de masa, planos grandilocuentes, un cumpleaños con doscientos invitados, por ejemplo. Son escenas que el cine argentino de antes solía tener, pero que ahora sólo se hacen cuando viene Alan Parker. Esta manga de trolos no tiene problemas en abrirle la Casa Rosada a cualquiera que venga de afuera, pero a nosotros para Pizza, birra, faso ni siquiera nos dejaron subir al Obelisco. Nos sacaron de las pestañas.”