ESPECTáCULOS
• SUBNOTA
El final de una decadencia de 20 años
–¿Qué opinión tiene sobre la explosión de películas argentinas y nuevos directores?
–A mí me parece que para entender esto, la pregunta que uno puede hacerse es ¿por qué no pasó esto en los ‘80? Quizás esta generación viene como retrasada. Es todo un proceso que podríamos haber tenido antes, si no hubiéramos tenido ese período tan negro de nuestra historia que deprimió mucho intelectualmente al país. Es una caída intelectual desde todo punto de vista (política, filosófica). Después tienen que pasar veinte años para que aparezcan, por ejemplo en el cine, nuevos autores. No sé cómo estará el mundo de la literatura argentina. Pero en el cine es bastante notable: pasaron veinte años para que aparezcan diversidad de directores. Supongo que tiene que ver con eso. Y también con el hecho de que particularmente en Buenos Aires hay una cantidad de escuelas de cine. Godard decía que para que aparezca una cinematografía fuerte (neorrealismo, cine ruso, nouvelle vague) se necesitaba una crisis de identidad. Y en verdad, se aplica bastante ese razonamiento a nosotros. La crisis de falta de identidad es una discusión que yo escucho abiertamente desde los ‘80. Pero ahora la devastación del Estado y la destrucción económica del país hacen que ese discurso tenga un correlato material terrible.
–¿Qué opinión le merece la expresión “Nuevo cine argentino”?
–Son categorías necesarias para nombrar algunas cosas que todavía son incipientes. Yo creo, y lamento decirlo, que nosotros somos el final de la decadencia. No sé todavía si somos “lo nuevo”. Si los demás no se sienten así, yo me propongo a mí misma como final de la decadencia.
Nota madre
Subnotas
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El final de una decadencia de 20 años