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Chicos, vengan, los invitamos a la fiestita (cuatro opiniones)
- Luis Alberto Quevedo, sociólogo y profesor de la UBA: “Hay un proceso interesante detrás del hecho de que hoy parezca que hay que ser muy linda para conducir programas para chicos. En este proceso, en el que los payasos o personajes le fueron dejando el rol de conductora a bonitas señoritas, Xuxa y Flavia Palmiero tuvieron mucha incidencia. En los ‘60, el ejemplo más claro de buena televisión para chicos era Piluso, de Alberto Olmedo. Eran programas que se basaban en algo de lo que hoy recupera Piñón Fijo: un humor blando y sano. Xuxa fue la que produjo el cambio, seduciendo a los chicos desde otro lugar: desde la fiesta. Más que un programa infantil, el de Xuxa era una fiesta de cumpleaños. Y lo hizo haciendo gala de su carisma, pero también de su cuerpo: su imagen jugó con él. No hay que olvidarse de que ella también vino de un ámbito que está en los antípodas de los gustos de los chicos, como lo es las películas porno, llamadas en Brasil ‘películas chanchadas’. A partir de su belleza física fue marcando un rumbo al que le siguieron otras mujeres. Por eso creo que el pasaje de algunas de las pulposas a los ciclos infantiles sigue una tradición. Piñón Fijo es el único que vuelve al estilo de los ‘60. Pero está claro que si uno pone al frente a estas mujeres es porque quieren que jueguen a otra cosa”.
- Víctor Maytland, director de cine pornográfico (Las tortugas pinjas, Secuestro Exxxpress): “Para mí, que todas estas chicas sexies trabajen para los niños no es otra cosa que el proceso por el cual intentan lavar sus culpas. No sé aconsejadas por quiénes, las chicas quieren blanquear su imagen y no se les ocurre mejor forma de hacerlo que ésa. Todas buscan ser la Xuxa del siglo XXI, pero olvidan detalles, como que Xuxa había hecho, de muy chica, una película condicionada y luego triunfó como conductora infantil. En el fondo, el tema nos enfrenta con un problema cultural. En otros tiempos también pasaba. Silvia Peyrou, Susana Romero, Yuyito González, Adriana Brodsky tenían programas piloto infantiles grabados. Es que, en cierto ambiente, las chicas rozan la prostitución de nivel y después, para blanquear su imagen, quieren hacer programas infantiles. Yo hablé con varias para hacer películas condicionadas y se negaron. Pero no por un problema de moral sino de dinero. Esto es una característica propia de la América latina católica. Mientras que en todos los países del mundo es mejor ser actriz porno que prostituta, acá pasa lo contrario. Tiene que ver nuestra necesidad de esconder lo que realmente somos. Me causa mucha gracia”.
- Pablo Codevila, asesor de programación de Canal 13: “Supongo que lo que impulsa a muchas chicas de la televisión y el modelaje a querer ser conductoras de programas infantiles como una parte importante de sus carreras es que aún está presente la imagen de Xuxa, que es una chica muy atractiva, pero que, además, canta bien. Parece claro que muchas argentinas creen que siguiendo ese estilo pueden llegar a hacer un ciclo infantil interesante. Tal vez sea parte de una fantasía que consiste en enganchar a los padres entreteniendo a los hijos. Pero, más allá de quién esté al frente del ciclo, un programa de televisión depende de cómo está armado. Piñón Fijo tiene buena imagen y es muy transparente, pero detrás hay un equipo de producción muy trabajador. Hacer un programa para chicos es muy difícil. Es como el humor. Hacer emocionar es más simple: una buena música, una situación angustiante, algunas lágrimas y listo. Pero, ¿cómo hacés reír a un chico? Es muy complicado. Los chicos te dicen la verdad, no son falsos. Son transparentes y naturales. Los chicos no mienten y te dicen lo que piensan”.
- Pablo Ramírez, productor televisivo de “Cantaniño” y “La banda de Cantaniño”: “No porque las minas sean monas van a tener asegurado el éxito. La frase ‘los chicos me aman’ es una utopía tan grande como las tetas de estas minas. Creo que se debe a la viveza de un productor quepiensa más en los padres que en los chicos. Hacer un programa infantil no es poner en práctica la simple fórmula de juntar canciones, juegos, colores y animales. Con nosotros está Jimena Cyrulnik, que es una diosa, pero atrás tiene un equipo de producción enorme. Aquellos que crean que se van a meter en el negocio de los chicos y se van a volver millonarios, se van a pegar un palo fuerte. A los chicos les tenés que gustar, por más gomas que tengan las conductoras. La realidad y el interés de los chicos es otro. Si no piensan en los chicos, los programas infantiles no funcionan. No sólo van a perder plata, eso es lo menos grave. Lo peor es que van a desilusionar a los chicos”.
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