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Limpiar la mugre de Santiago
Los cuatro santiagueños tienen en claro el sentido especial que adquiere la unión en este momento. Carabajal lo expone en forma clara y directa: “Si bien es algo que ocurre en Buenos Aires, en nuestra música está el sentimiento de santiagueños. Y en ese sentimiento está el deseo de que se haga justicia pronto, de que caigan los que tienen que caer, y de que se limpie toda la mugre que hay en Santiago del Estero”. Los relatos de los músicos sobre la vida en su provincia abundan en anécdotas cotidianas en las que se cuelan el miedo, el terror que permanece desde hace años, que siempre genera más terror. “Creo que cada familia santiagueña sufrió en algún momento un apriete, directo o indirecto”, sintetiza Julio Paz, y describe sólo uno: “Mi vieja trabajaba en la obra social de la provincia, y si había una manifestación del gobierno había alguien que iba a la casa y le decía: ‘Usted tiene que ir mañana a tal hora’. Si no ibas estabas marcado, quedabas en punta y te rajaban a vos, a tu hermano y a tus hijos. Y en Santiago quedar fuera de la órbita del empleo público es estar, directamente, fuera del sistema”. Tanto los Coplanacu como Raly Barrionuevo participaron de marchas y festivales para recaudar dinero para que las familias de Leyla Nazar y Patricia Villalba puedan viajar a Buenos Aires. “Fueron muy fuertes las palabras que dijo la señora Olga (madre de Patricia), después de que la gobernadora de Santiago la tratara de analfabeta”, recuerda Barrionuevo. “A diferencia del padre de Leyla, ella era una señora de barrio que empezó a ver todo lo que pasaba en Santiago después de lo que pasó con su hija. Y a pesar de que casi no puede caminar, tiene una fuerza increíble. Ella lo dijo bien clarito: ‘No tengo más miedo. Ya no estoy pensando sólo en mi hija, quiero que haya justicia para Santiago’.”
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