ESPECTáCULOS
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Un trabajo sin fronteras
Rossetto lleva catorce años trabajando en Barcelona, aunque hace dos que se mudó definitivamente. Su relación con Calixto Bieito viene de Resiste Rossetto, un espectáculo en el que la dirigió el catalán. Ahora el director le ofreció el papel de Celestina para el año que viene, en una puesta en Edimburgo. También quiere hacer con ella María de Buenos Aires, más adelante. Y ya puso sobre aviso a los productores ingleses que quieren llevar al cine La ópera de dos centavos, en 2008: “Si no consiguen una Yenny gamberra, como Cecilia, la llevo a ella a chapucear en inglés”.
–¿Cómo ha sido su experiencia de trabajo con Calixto Bieito?
–Para mí es lo más placentero del mundo, me divierto mucho. Es alguien muy especial, con una agenda brutal, el hotel de París era un desfile de gente que iba a cerrar proyectos con él, de Estrasburgo, Frankfurt, Berlín. Al lado suyo yo me siento como de pueblo, me asombra cómo su nombre abre todas las puertas. Tiene la suerte de trabajar sin fronteras. Y para mí es extraño ver cómo aquí se arman los proyectos con tanta anticipación, después de vivir el día a día, sin saber de qué iba a comer al mes siguiente. También da un poquito de vértigo.
Nota madre
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