Luego de dos años en los que mantuvo un inusual nivel de calidad y recibió premios varios, el programa escrito y dirigido por Damián Szifrón llega al final. El demorado capítulo doble tendrá –según los actores– dosis exactas de humor, nostalgia y emotividad. Aunque prefieren mantener la expectativa, Seefeld adelantó que el capítulo avanza sobre tres ejes. “Por un lado se va a resolver la historia de Milazzo. Por otro, habrá un caso a resolver que tiene que ver con una cuestión navideña. Y por último, estará presente lo que le pasa a cada uno de los simuladores y lo que le ocurre al grupo respecto del trabajo de los simuladores”, señala el actor, que admitió que las posibilidades de hacer el film “son altas” pero que aún no hay un libro terminado. “Hacer el capítulo doble –confiesa Fiore– era una forma de devolverle al público todo lo que nos dio. El deber nuestro era hacer un final acorde con el ciclo.”
–Más allá del fenómeno, ¿qué fue lo mejor que les dejó?
F.D.: –Los simuladores demostró que se puede hacer este tipo de TV, que en el imaginario de la industria parecía que no. La realidad también dice que se puede hacer siempre y cuando te acompañe el éxito. De lo contrario te matan, durás medio programa. Existieron muchos ciclos de calidad que no fueron acompañados por la gente y desaparecieron al poco tiempo. El ciclo dejó en claro que hacer TV de calidad es un golazo: es negocio para el canal aún cuando caro, porque tiene muy buen rating y comercialmente le va bien; es negocio para los actores porque los posiciona en un lugar muy alto. A mí me da la sensación de que va a quedar en el imaginario colectivo por mucho tiempo, como una bisagra de una época de la TV.
M.S.: –Nos enseñó mucho, en lo actoral y en la producción. Fue una prueba de fuego. Si se pudo hacer el programa, lo que venga de ahora en más en ese nivel televisivo es bastante más fácil de hacer.
A.F.: –Y lo más chiquito pero no menos importante: haber concretado en la mesa de un bar un ciclo como éste. Eso es muy gratificante. Se pueden hacer cosas buenas siempre y cuando se cuiden los detalles.