ESPECTáCULOS
Apuntes desde la plaza
- Las peleas y forcejeos varios por quién va primero en la programación, quién lo abre y lo cierra oficialmente, quién gana más minutos de televisación, ya forman parte del folklore oficial del festival. Este año Cosquín arrancó, en ese sentido, con el pie izquierdo. Suna Rocha fue la encargada de abrirlo, de pasarse varios minutos de lo pautado y de descompaginar a todos los que seguían detrás de ella. El respeto entre colegas, compañerismo, solidaridad y demás virtudes siempre citadas y reivindicadas, bien, gracias.
- Se sabe: Julio Mahárbiz ya no está para arrojar el clásico grito de “Aquí, Cosquín, Capital Nacional del Folklore”. Desde que rompió relaciones con el festival (actualmente la productora que formó con Ramón “Palito” Ortega y Norberto Baccón está en juicio por haberse negado a seguir pagando, tras la crisis de 2001, el canon de 260 mil dólares al que se había comprometido) la apertura es todo un dilema. Se decía que Mahárbiz había tenido la idea de patentar ese grito, con lo cual pasaba a ser virtualmente propiedad exclusiva de su garganta. Los dos años anteriores se había hecho cargo de decirlo a coro el ballet oficial Camin. Este año, la Comisión de Folklore comprobó que el patentamiento era, según dice, otro mito alrededor de Mahárbiz. Por las dudas, se apuró a patentarlo a nombre suyo y, ahora sí, dejó que otro locutor, el coscoíno Claudio Juárez, largara el mítico grito.
- Llamativamente, Cosquín parece responder a cierta moda sureña que en el último tiempo prendió en todo el país. Aquí también la Patagonia es de repente “nuestra querida Patagonia”, casi todos estuvieron allí y les encantó, casi todos quieren a su gente, sus paisajes y su viento. El cantante y compositor Hugo Giménez Agüero, oriundo de Rawson, tuvo su momento de gloria cuando cantó, junto al Chaqueño Palavecino (que también estuvo allí, y también le encantó) su loncomeo Chaltén. Giménez Agüero no nació en Santa Cruz, pero por poco, y reivindica su provincia adoptiva enfundado en un poncho que lleva estampado, bien grande, su escudo. Kirchner, mientras tanto, este año estuvo en la inauguración de Jesús María aunque finalmente no va a venir a Cosquín, como muchos esperaban con entusiasmo. La noche del sábado lo confirmó oficialmente a través de un telegrama que se leyó en el escenario principal: lo lamenta muchísimo, pero va a ser imposible.