ESPECTáCULOS
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La guitarra de la calle
El que sigue es un extracto de un reportaje inédito a Eduardo Rogatti y su Club de Guitarras Callejeras, realizado por Página/12.
–¿Cuáles fueron las experiencias más intensas que atravesó en su carrera?
–Mientras estudiaba abogacía en Santa Fe toqué seis meses con un grupo llamado Victim, que había estado en un BARock. Aprendí mucho con ellos. Con Sandro también. Sería 1980 y éramos Los de Fuego nuevos. Tocábamos con enteritos rojos pegados al cuerpo, con unas llamas amarillas y botas rojas. Yo estaba más flaco que ahora, que si no...
–¿Cómo es León Gieco?
–Te exige que toques simple, algo que realmente me cuesta. Uno siempre trató de agregar arreglos, modificarlos, y con él es al revés. Es sol mayor y no le agregués nada. Uno aprende el valor de lo simple... antes me negaba y despeinaba los acordes. Ahora no. Por otro lado, León tiene mucho carisma, algo que no se compra ni se estudia, se tiene. Es uno de los pocos músicos viejos que logró mantener una banda durante tanto tiempo, y lograr tanto respeto en todo el país.
–¿Cómo definiría al Club de Guitarras Callejeras?
–Somos guitarras de la calle. Nuestra formación es muy setenta. Nos hicimos así, escuchando el Winco y sacando temas de oído. En aquella época no había escuelas ni nada. Sin embargo, conservo el mejor de los recuerdos, porque así nos hicimos.
Nota madre
Subnotas