ESPECTáCULOS
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Los proyectos pendientes
“Ultimamente, a Lucecita le gusta hacer monólogos para grandes. Me joroba y se burla de mis cosas”, dice Sarah Bianchi, con su voz áspera de fumadora inclaudicable de Virginia Slims.
–¿Por ejemplo?
–Cuando me nombraron Ciudadana Ilustre, contó todo lo que pasó ese día muy irrespetuosamente. Desde cómo me había vestido hasta la llegada a la Legislatura. Ella estaba contenta porque pensaba que nos recibían con bombos, pero eran los piqueteros (risas).
–¿Qué implica para usted ser Ciudadana Ilustre?
–Es un gran compromiso. Los premios son importantes, me da mucha alegría recibirlos. No todos llegan a mis 82 años, con 60 de titiritera, lo que me ha permitido conocer gran parte de la historia del arte titiritero del país y del extranjero. Desde que empecé no ha habido un año que no haya hecho títeres. Ese ha sido mi aporte. Este museo no es un espacio cerrado: cada mes se programa un grupo distinto para adultos. Si nos visita un titiritero de alguna provincia o del extranjero, le ofrecemos la sala, aunque no esté programada. Mi sueño sería tener una casa cercana o pegada a ésta, donde yo pudiera hacer únicamente una sala de espectáculo. Y en ese mismo lugar tener unas habitaciones de albergue para los titiriteros del interior. ¡Mirá todas las cosas que tengo por hacer todavía!
Nota madre
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