El cine argentino arrancó con el pie derecho en San Sebastián: salvas de aplausos coronaron las primeras proyecciones de Roma, de Adolfo Aristarain, y Próxima salida, de Nicolás Tuozzo. La película de Aristarain es la primera de las tres películas argentinas que se presentan en competencia, mientras que la ópera prima de Tuozzo forma parte de la programación de Zabaltegui, la más importante de las paralelas. Después de la primera pasada de Roma ante la prensa, fue tal el entusiasmo de los asistentes que Aristarain y parte de su elenco debieron interrumpir reiteradamente una sesión fotográfica para saludar una y otra vez a quienes los vivaban. A su turno, la proyección inaugural de Próxima salida fue coronada con aplausos que se extendieron por siete minutos.
Ladeado por buena parte de su elenco (Susú Pecoraro, José Sacristán, Juan Diego Botto, Gustavo Garzón y Marcela Kloosterboer), Aristarain recogió en la conferencia de prensa reiteradas muestras de agradecimiento por parte de los periodistas presentes, signo de la corriente de calidez que la película había despertado. Sobre todo en la prensa y el público locales, que desde que Un lugar en el mundo ganó la Concha de Oro (en 1992) suele rodear a Aristarain de un afecto inusual.
En la conferencia de prensa, Aristarain respondió preguntas referidas al carácter autobiográfico de su película, así como sobre la Argentina de los años ’50 a ’70 y también sobre el trabajo de guión y la composición de personajes. Una periodista quiso saber de qué modo había trabajado Aristarain junto a sus dos guionistas (Kathy Saavedra y el español Mario Camus) y también se quejó delicadamente de cierta misoginia presente en algunos diálogos. “¿Misoginia? ¿Qué misoginia?”, titubeó Aristarain, pase que Sacristán convirtió en gol. “Eso debe haber sido cosa de Camus”, dijo el madrileño, despertando las risas de los presentes.