ESPECTáCULOS
• SUBNOTA
Una bacanal en el escenario
“Queremos las tetas, qué lindas que son (...) para toda esta gente, hociquito de ratón.” No hay ritual bersuitero en el que la hinchada olvide pedir ese homenaje a los pechos femeninos que hizo de Bersuit la banda perversa del rock patrio. La larga espera concluyó el domingo. Estaba programado que el cierre fuera El viento trae una Copla. Pero el grupo decidió sorprender: sonó Hociquito de ratón, Cordera invitó a chicas a subir, y resultó una bacanal colectiva: corpiños de todos los colores, temperatura elevada con Pity de Intoxicados en el medio, bailes transpirados y la estrella de la noche: una morocha que se quitó el corpiño y ofreció su pecho a los besos de Cordera, que terminó acostado en el piso sobre la desinhibida lady, imitando una cópula. Fue una respuesta explícita al padre mendocino Ramiro Sáez, que había repudiado el “libertinaje sexual” de Bersuit, en una fecha reciente en la tierra del vino. “Fue un concierto de la pija”, dijo Cordera después del show. “Por eso mandamos Hociquito de una manera dispersa, caótica, caliente y antimusical... de tetas paradas y pezones hermosos. Esto es la música.” Las proporciones de los pechos de la chica acusaron enseguida una operación. Cordera marcó a Hociquito como el símbolo del “fracaso histórico” del grupo “que mostró en la gente el desenfado sexual, lo más revolucionario que hay”.
Nota madre
Subnotas
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Una bacanal en el escenario