Julio Raffo se exilió en Río de Janeiro desde junio de 1976 hasta 1983 y sus reflexiones sobre esa etapa quedaron plasmadas en el libro Reflexiones sobre el exilio, con prólogo de Pablo Freire. Por ello opina que la intención del Estado de reparar económicamente a los exiliados debe ser más bien una cuestión de conciencia personal. “No participo, ni digo que no hay que participar del reclamo. Yo tengo una sensación de vergüenza, porque mi exilio fue de algún modo privilegiado. Pero están los que sobrevivieron y los exiliados. Todos merecen un resarcimiento, porque el Estado fue responsable.”