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Cozarinsky por cuatro
El estreno de Meykinof, de Carmen Guarini, se producirá en el Bafici, en simultáneo con el de la película homenajeada, es decir, Ronda nocturna, de Edgardo Cozarinsky. Ronda..., que deslumbró a la documentalista por su capacidad para cruzar realidad y ficción y por su agudeza para retratar el paisaje nocturno de los taxi boys porteños, es la crónica para nada realista de un taxi boy atacado, en el Día de los Muertos, por fantasmas de ex amantes que llegan del Más Allá para llevárselo. Realismo sucio (cartoneros, taxis, contexto urbano) se entremezclan con el ingrediente fantástico en una trama de autor que incluye escenas de sexo explícito entre hombres que incomodaron a Guarini en el backstage. “¿Hasta dónde la ficción es ficción?”, se pregunta.
Pero los estrenos cinematográficos de y sobre Cozarinsky no llegan solos. El autor de libros como Vudú urbano, La novia de Odessa, El pase del testigo y El rufián moldavo verá la inminente edición del guión de Ronda nocturna, a cargo del Centro Cultural Ricardo Rojas, y para la Feria del Libro, a mediados de abril, de su ensayo Museo del chisme (Emecé), que incluye un texto sobre el género escrito en 1973, El relato indefendible, y un inventario de chismes célebres articulados como selección de anécdotas. Podrán leerse instantáneas de la hija de Luis XV, dislates cotidianos de Adolfo Bioy Casares, escenas con amantes y sobrinos de Manuel Mujica Lainez, intercambios sexuales entre soldados en la campaña al desierto y acosos de señoras paquetas a Alberto Gerchunoff. “El chisme es, ante todo, relato transmitido. ¿Qué es el personaje sino la determinación del incidente?”, escribió Cozarinsky. “¿Qué es el incidente sino la ilustración del personaje?”.
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