La ausencia de Marcelo Araujo, convertido durante los ‘90 en el relator de la Nación, fue notoria durante el Mundial que concluye mañana. Alejado Canal 13 de las transmisiones por una cuestión de derechos, Araujo sólo participó –primero desde Buenos Aires, luego desde Seúl– en “La última palabra Mundial”, un programa más de Fox Sports. Araujo es, a esta altura, una entidad: junto a Enrique Macaya Márquez es marca registrada de “Fútbol de Primera”, y ha influido a numerosos colegas en cuanto a los ritmos de relato, a las muletillas con destino a formar parte del lenguaje callejero y a los arrebatos nacionalistas y/o xenófobos. Macaya Márquez también desarrolló una columna diaria en los noticieros de esa señal de cable. Con Araujo-Macaya fuera de circulación, entonces, las duplas Mariano Closs-Fernando Niembro (América) y Miguel Simón-Enrique Wolff (Canal 7-DirecTV) ocuparon la atención de los argentinos en los tres partidos de la Selección. Los de América, con el agregado del inefable Carlos Salvador Bilardo como “analista”, insistieron con sus diálogos cargados de doble sentido, y un velado desprecio generalizado por el otro, sea éste negro, coreano, japonés o, simplemente, distinto. Simón y Wolff también tuvieron lo suyo: abuso de metáforas de casino y un tono entre didáctico y familiero propio de otros tiempos.