Hace tres años, Página/12 emprendió un camino alternativo para la distribución de CD, al ofrecer importantes colecciones de música como un opcional con sus ediciones dominicales. El perfil de los artistas elegidos, sumado a la calidad de las grabaciones, generó un aluvión (en ese lapso sus lectores han reclamado millones de unidades) que rápidamente generó el contagio. Los kioscos se poblaron de revistas especializadas con el acompañamiento de los respectivos CD, y las propias compañías multinacionales se sumaron a la fiebre de distribución masiva a precios más baratos como una forma de compensar la caída sufrida en los canales de venta tradicionales.