LA VENTANA › MEDIOS Y COMUNICACIóN
Alba Fajardo sostiene que la perspectiva de género es una opción política y ofrece una serie de sugerencias para el tratamiento periodístico en los medios de comunicación.
› Por Alba Fajardo *
Existen muchos errores en las noticias que hablan sobre violencia hacia las mujeres: imprecisión de datos revelados; falta de dimensión ética; enfoque sensacionalista, descripción excesiva del desarrollo del crimen (usados la mayoría de las veces para dar ambiente de crónica al artículo); falta de contextualización y de perspectiva de género a la hora de comunicar.
¿Qué es la comunicación con perspectiva de género? La doctora en Comunicación Social, María Florencia Cremona, que estuvo a cargo del “Seminario interdisciplinario comunicación y género” en la Universidad Nacional de La Plata señala que: “La perspectiva de género es una opción política para develar la posición de desigualdad y subordinación de las mujeres en relación a los varones. Pero también es una perspectiva que permite ver y denunciar los modos de construir y pensar las identidades sexuales desde una concepción de heterosexualidad normativa y obligatoria que excluye”.
Es decir, que al escribir se debe favorecer la igualdad entre los géneros y la eliminación de estereotipos que afecten la dignidad o que marquen la supremacía de uno sobre el otro. Ejemplos donde hace falta esta dimensión hay muchos. El diario popular de Chile, La Cuarta, tituló así el caso de asesinato de la joven colombiana Yuliana Aguirre: “El amor y los celos la mataron”. La presidenta del Colegio de Periodistas de Chile, Javiera Olivares, señaló que ese tipo de lenguaje “naturaliza el feminicidio”.
Pero ¿por qué lo naturaliza? Porque hace que parezca un fenómeno natural y espontáneo dentro de una relación amorosa. Está dejando de decir que fue Edwin Vásquez quien asesinó a su pareja, para señalar que los celos y el amor acabaron con la vida de alguien, socializando además un concepto tóxico de lo que este sentimiento.
Pero este no es el único periódico que comunicó erróneamente, veamos otros titulares: “La joven descuartizada en Chile”; “Este martes repatriarán restos de Yuliana Andrea, colombiana desmembrada en Chile”; “De historia de amor en Andalucía a película de Terror en Chile”; “El amor violento de la bella colombiana que fue descuartizada”.
Los dos primeros hacen un enfoque hacía el “cómo” de los hechos, al decir “descuartizada” o “desmembrada” tanto la figura de asesinato como la autoría del crimen pierden fuerza al no estar nombrados. Con los dos últimos titulares podríamos jugar a preguntarnos: ¿dependiendo del lugar es una historia de amor o una historia de terror?; ¿está bien nombrar la violencia dentro de una categoría de amor?
En esta oportunidad compartiremos algunos puntos señalados por la organización Periodistas de Argentina en Red por una Comunicación no Sexista que en su “Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia de género en los medios” indican como primer punto, que estos temas son concernientes a la defensa de los derechos humanos y se deben tratar como tal. Citan textualmente: “desterramos de nuestras redacciones la figura de ‘crimen pasional’ para referirnos a al asesinato de mujeres víctimas de violencia de género. Los crímenes pasionales no existen”.
Las autoras además recomiendan utilizar nombres como: violencia de género y violencia machista (podríamos agregar a esta lista el feminicidio). También señalan la importancia de proteger la identidad de la víctima, no la del agresor y contar dentro de la noticia cuáles pueden ser las actitudes y situaciones que ponen en riesgo la vida de la mujer e incluir teléfonos de emergencia para realizar las denuncias respectivas.
No es recomendable y resulta ofensivo utilizar diminutivos, apodos, apócopes para nombrar a la víctima, y se debe revisar que las fotografías publicadas no sean obscenas o desvíen la atención del crimen perpetuado.
A este catálogo podríamos agregar el tratamiento de los testimonios de la familia. Al estar hablando de una muerte, el acercamiento para las entrevistas, debe ser pensado desde la ética del periodismo. Esta tiene en cuenta que el comunicador debe cuidar al entrevistado, ya que éste puede exponerse (emocional y psicológicamente) sin darse cuenta, dado el momento de dolor por el que transita.
Profundizar sobre estas herramientas de comunicación es una tarea que todos los comunicadores debemos hacer, y para todo aquel que quiera un lenguaje más respetuoso, constructivo y solidario que nos acerque a la equidad de género y a una sociedad más justa.
* Comunicadora Social-Periodista de la Universidad Externado de Colombia. Estudiante de la Maestría Comunicación y Cultura de la Fundación Walter Benjamin.
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