El estudiante de 24 años Jack Reilly, de Chicago, enviaba más de 1500 mails por mes, leía los tweets que enviaban las 250 personas a las que seguía y hablaba entre 600 y 900 minutos por teléfono. En un video que se puede ver en YouTube explica que un día estaba en su departamento con sus mejores amigos y se dio cuenta de que, en lugar de hablar entre ellos, estaban pendientes del celular. Entonces decidió cambiar y por noventa días se desconectó de las redes sociales. Tras su abstinencia 2.0 explicó que “necesitaba volver a relacionarme con personas y no con sus perfiles”.