“Evitando que los pobres procreen, podemos crear una nueva clase de australianos inteligentes, trabajadores y bien pagados”, afirmó la mujer más rica del mundo, la australiana Gina Rinehart. “Toda pareja que gane menos de diez mil dólares al año –agregó– debe someterse a una vasectomía o ligadura de trompas” y aquellos que superen esa cifra “deben ser motivados para que tengan diez o doce hijos. Sólo con la eliminación de los residuos y enfocándonos en nuestros trabajadores más brillantes y eficientes podemos superar a nuestros rivales”, remató.