Hasta no hace mucho, en estas latitudes San Valentín era simplemente un santo que se hizo famoso en Roma, allá por el siglo III, por casar en secreto a los soldados a los que el emperador Claudio II había prohibido contraer matrimonio. Muchos siglos después, el día de su martirio, 14 de febrero, se comenzó a festejar en los países anglosajones como “el Día de los Enamorados”. Parece que la idea se fue exportando y ayer demostró que por aquí ya es furor. En Capital se sextuplicaron los casamientos y en las provincias de Buenos Aires y Córdoba se multiplicaron por cinco. El centro de la fiesta fue en La Plata, donde cada una de las parejas que se casó recibió globos con su nombre que se lanzaron al fin de las respectivas ceremonias.