PSICOLOGíA
› EXPERIENCIA DE LA CREACION ARTISTICA
Ronroneo del objeto
“No ha de ser el miedo a la locura, lo que nos haga bajar las banderas de la imaginación.”
Ch. Baudelaire
Por Carlos Tobal*
Sin el reconocimiento público, puede resultar difícil diferenciar la genialidad de la locura; la autenticidad artística del delirio. Poe decía que un escritor debía ser algo original, pero no totalmente. Releer el bruto de una idea que fue escribiéndose sola puede ser trabajoso aun para el autor.
A la distancia, sorprende el contraste entre la transparencia sentida durante la gestación y la oscuridad actual del resultado. El escritor se preguntará si no habrá sido un delirio, pero él debería respetar el calor de la intuición. Su arte es, justamente, una traducción a términos irracionalmente comprensibles.
La claridad con que el artista ve su obra en los primeros instantes puede obedecer a una innovación de la representación visual. La concentración creativa del momento compone, como figuración, las ideas que están siendo generadas.
El escritor verdadero suele creer que las cosas, cuasi animadas, se abren camino ubicándose según su potencia. Piensa que lee, maquinalmente, un diccionario vivo que plasma, para él, los significados en imágenes.
Como los hombres primitivos, el artista admite una remota aptitud donde la palabra captura la cosa; un punto de identidad entre la percepción y el lenguaje; un conocimiento de lo real a partir de la amplificación del dolor, de la música, del ronroneo de los objetos.
* Fragmento del ensayo “A la luz de la locura”.