PSICOLOGíA
› AVANCES DE LA INSIGNIFICANCIA EN LA SOCIEDAD CAPITALISTA
El “zappingántropus” está entre nosotros
Por Yago Franco *
Cornelius Castoriadis (1922-1997), hacia fines de la década del 50 del siglo XX ya señaló el advenimiento de la pérdida de sentido, tanto de la vida colectiva como individual, por efecto del avance del capitalismo en todas las esferas de la sociedad. Se trata de un generalizado movimiento de la historia, que a su paso produce que todo devenga en insignificante, es decir, carente de sentido y superfluo. El avance de la insignificancia. Esto ha ocurrido debido al triunfo de la significación imaginaria del capitalismo, aquella que compele a producir más, acumular más, ganar más, consumir más (para quienes pueden; para el resto, la exclusión), de la mano de un pseudodominio, pseudoracional, de todas las esferas de lo existente, que ha desembocado en una depredación sin precedentes de la distribución de la riqueza, del medio ambiente y de la subjetividad misma.
Se trata de la existencia, por primera vez en la historia de la humanidad, de una sociedad que exalta el individualismo (un pseudoindividualismo, ya que se trata de una masificación de los sujetos, que nada tienen de individuos, estando al mismo tiempo unidos y separados en la privatización producto del consumo de objetos) y lleva a la imposibilidad de un proyecto colectivo. Una sociedad que no puede crear un nosotros ataca la posibilidad del proyecto identificatorio individual. Es que la significación más importante de una sociedad es la que concierne a ella misma, su modo de pretenderse y de amarse como sociedad (necesaria hasta para poder oponer otro proyecto para la misma).
Por otra parte, Castoriadis remarca cómo la sociedad actual vive su relación con la historia: su cultura pasada no está viva en una tradición, o en un trabajo de historización, sino en saber museístico o turístico. Así, es una sociedad que ha roto sus puentes con el pasado y que carece de proyecto. Diremos que su temporalidad es la de un infinitivo, ni siquiera es un presente, es decir, es una suerte de estar en el consumo de objetos, información, imágenes, cuerpos, etc. De este modo, el sujeto ha devenido un turista de su época, no un viajero-explorador de su cultura o de su propia subjetividad.
El capitalismo actual ha producido mutaciones notables en la subjetividad, cuestión apreciable en la clínica psicoanalítica, en la que la depresión, la sensación de vacío, el hastío, la crisis de proyectos, la desorientación generalizada, las afecciones psicosomáticas, la pérdida de deseo, han hecho una aparición abrumadora, que obliga a los psicoanalistas a reconsiderar la clínica, el dispositivo, la cura.
Al respecto, para Castoriadis el riesgo actual es el de la aparición de dos nuevos seres, denominados “zappingántropus” y “reflejántropus”. Zappingántropus: un ser que va saltando de experiencia en experiencia, de lazo en lazo, de diversión en diversión, en una actividad de distracción constante, como quien cambia de canal televisivo. Esta actividad es una defensa contra el sinsentido que la sociedad produce, un intento de hallarlo en el consumo de objetos (hasta las personas pueden ser tomadas como tales) para llenar ese vacío de sentido. Reflejántropus: tal vez más que nunca en la historia de la humanidad, los sujetos defienden una supuesta individualidad conquistada, que no es más que una pseudoindividualidad, ya que todos consumen los mismos objetos, adquieren las mismas costumbres –con el ansia de consumo en primer plano–. Se confunde así el individualismo con lo que realmente es: un aislamiento que no hace más que profundizar el sinsentido, la fragmentación de la sociedad, y que muestra que se ha erigido un nuevo modo de dominio sobre los sujetos. Este modo de dominio se ha hecho anónimo (empresas, medios de comunicación, la opinión de los “expertos” en economía, salud, “calidad de vida”, etcétera), ha cobrado autonomía, y se hace difícilmentecontrolable. Así es como de la culpa se pasa a la producción de vacío como modo de controlar la psique de los individuos.
* Psicoanalista. Fragmento de una presentación en el “Encuentro Castoriadis en Buenos Aires”, mayo de 2005.