LA ANOREXIA Y LOS VINCULOS FAMILIARES
› Por Norma E. Alberro
“Aun esquelético, el anoréxico se ve demasiado gordo; como si él mismo se molestara, como si temiera no ser digno de amor. Soporta mal la imagen del espejo, pero el primer espejo fue la mirada materna: admirativa o posesiva, o fría o devorante. El segundo espejo fue el padre: reconfortante o ausente o desinteresado. Tal vez quien no se soporta sintió que su presencia era mal soportada.”
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