Por D. K. y L. E.

“La memoria colectiva es la memoria de los miembros de un grupo que reconstruyen el pasado a partir de sus intereses y del marco de referencias presentes. Esta memoria colectiva asegura la identidad, la naturaleza y el valor de un grupo. Además es normativa, porque es como una lección a transmitir sobre los comportamientos prescriptos del grupo” (Maurice Halbwachs, Les cadres sociaux de la memoire, París, P.U.F.). René Kaës destaca el aspecto valorativo en la memoria colectiva en relación con la necesidad de mantener la continuidad narcisística del vínculo entre los miembros de un grupo o comunidad. La memoria histórica se construye sobre la base de la memoria colectiva, y puede hablarse de ella cuando ya no vive la generación que vivió los acontecimientos de que se trata.
Existe una relación entre memoria colectiva y representación social. Un grupo o una comunidad que ha vivido un hecho determinado lo recuerda a través de una o de un conjunto de representaciones que se construyen en el curso de la práctica social y que otorgan significación a lo ocurrido. Los paneles de fotos de desaparecidos o los pañuelos blancos constituyen representaciones, ya que sintetizan en una imagen una significación y un sentido construidos a lo largo de una práctica social.
La memoria personal se sostiene siempre en la intersubjetividad y en una relación de interioridad con los discursos sociales que surgen como producto y que a su vez inciden en el curso de construcción de la memoria colectiva.