Jue 12.09.2002

SOCIEDAD  › PROCESADO POR ENVIAR IMAGENES INFANTILES PORNO

Un pediatra cazado en la red

La denuncia llegó desde Alemania, donde interceptaron las dos fotos porno de chicos que fueron enviadas por el médico porteño. Trabajaba en un servicio de emergencias pediátricas.

› Por Mariana Carbajal

Un pediatra fue procesado por distribuir imágenes de pornografía infantil por correo electrónico. La medida fue dictada por el juez de instrucción Julio César Corvalán de la Colina. El médico, de 40 años, está acusado de haber mandado a un grupo virtual de pornografía infantil dos fotos, una con una nena y otra con un chico –ninguno de más de 12 años– manteniendo relaciones sexuales con adultos. Aunque no se pudo determinar el origen de las fotografías, pericias de la División de Inteligencia Informática de la Policía Federal establecieron que no son trucadas ni fueron bajadas de Internet. “Se presume que fueron scaneadas”, confió a Página/12 una fuente judicial. La investigación fue iniciada a partir de una denuncia de Interpol Alemania, que interceptó las imágenes enviadas por el pediatra porteño.
“Las fotos son asquerosas”, describió la misma fuente judicial. En un allanamiento realizado en el domicilio del médico Enrique M., ubicado en el barrio de Flores, la policía secuestró su computadora y en una carpeta con el nombre Child (chico, en inglés) hallaron las dos imágenes remitidas por la policía germana, además de otras en las que se veía chicas y nenes manteniendo sexo con mayores. Dentro de la carpeta “Mis documentos”, el pediatra tenía almacenadas otras fotos de pornografía con adultos.
El delito que se le imputa está previsto en el artículo 128, segundo párrafo del Código Penal, que castiga con penas de 6 meses a 4 años a quien distribuya imágenes pornográficas en las que se exhiben menores de 18 años. El pediatra apeló el procesamiento. Según relató a Página/12, trabajó para el servicio de emergencias pediátricas de Vital SA hasta hace seis meses, cuando cayó en un pozo depresivo por la causa penal y empezó un tratamiento psiquiátrico. Pero sigue vinculado a la firma, que le contrata mensualmente una ambulancia de su propiedad. El pediatra aseguró que antes se desempeñaba haciendo “visitas domiciliarias con mi auto” y en Fundaleu, una entidad dedicada al tratamiento de chicos con cáncer. Hizo la residencia médica en el Hospital Garrahan.
La pesquisa estuvo a cargo del fiscal en lo Criminal de Instrucción Pablo Lanusse y de la División de Inteligencia Informática de la Federal, que a partir de conocer el servidor de Internet por el cual habían sido mandadas las dos fotos, pudo llegar al usuario que las había enviado. El correo electrónico salió de la máquina del pediatra el 5 de enero a las 13.58, con 16 segundos. Según informó Interpol Alemania a sus pares argentinos, iban dirigidas a un grupo virtual de pornografía infantil. En ese trayecto, fueron interceptadas por los agentes germanos.
El médico fue indagado semanas atrás por el juez Corvalán de la Colina. Ante el magistrado, Enrique M. aseguró que las imágenes en cuestión se las había enviado un año atrás otra persona de seudónimo “Joto” con la que había chateado en una página web de Ciudad Internet. Según su versión, Joto le ofreció fotografías porno, pero no le advirtió que se trataba de material con menores. El pediatra declaró que cuando las abrió le causaron “un rechazo muy grande”, pero decidió guardarlas en el disco rígido de la computadora “por si, en el futuro, pudiera llegar a serme de utilidad para algún trabajo de investigación sobre abusos de menores”, un tema que –destacó– le preocupa e interesa por su propia profesión. Pero cuando el juez le preguntó sobre aquella investigación respondió que todavía no la había iniciado. Al intentar explicar por qué había enviado las fotos el 5 de enero, aseveró que se trató de un “error”.
Enrique M. recordaba bien aquella fecha por haber sido el primer fin de semana del año. Dijo que estaba solo en su casa y que ingresó al mismo chat que mencionó antes y que chateó con una persona –cuyo seudónimo no recuerda– en idioma español, que le indicó ser alemán y le pidió fotografías pornográficas en las que lucieran tres personas. Y que él le envió “dos fotografías que sabía que tenía sobre ese tema” y que en ningún momento pensó que había mandado las de menores.
Al fundamentar el procesamiento, dictado el 29 de agosto, el juez Corvalán de la Colina descalificó las explicaciones del médico. En primer lugar, no creyó el argumento referido a que reservó las fotografías de pornografía infantil para realizar un trabajo de investigación, “que por espacio de más de un año nunca inició, ni se explica la reserva de esas imágenes por el solo interés del encausado en el tema de ‘abuso de menores’”. En segundo lugar, el magistrado consideró que “no resulta verosímil” que haya cometido un error en el envío de las imágenes, por cuanto las que tienen menores estaban guardadas en una carpeta con el nombre Child, “en un lugar bien diferenciado de las restantes imágenes pronográficas que se hallaron dentro del disco rígido de la computadora en otra carpeta identificada como ‘Mis documentos’”. “Por lo tanto las rutas de acceso de una y otra para su envío son totalmente diferentes”, indicó el juez.

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