SOCIEDAD
› EL HIJO DE DE LA RUA FUE ROBADO CON AMIGOS
Aíto, víctima de un asalto
Aíto, hijo menor del ex presidente Fernando de la Rúa, se sumó al listado de víctimas de asaltos. El hecho ocurrió el sábado pasado, pero Aíto prefirió mantener el caso fuera del ámbito de la Justicia y no presentó ninguna denuncia. Surgieron entonces versiones: desde que se trató de un intento de secuestro extorsivo hasta que fue llevado por una banda recorriendo cajeros automáticos; también se dijo que le habían robado 20 mil dólares. Ni una ni otra: Aíto envió un comunicado de prensa desde Brasil, desmintiendo las versiones y señalando que se trató de un simple robo, que duró apenas 15 minutos, en el que intervino un solo delincuente, mientras se encontraba en casa de unos amigos.
La versión tomó por sorpresa a la propia policía. No existía ninguna denuncia sobre un asalto nada menos que al hijo del ex presidente. La primera información señalaba que Aíto había sido secuestrado de la propia quinta de Villa Rosa, en Pilar, por delincuentes que lo obligaron a subir a un auto para pasearlo de cajero en cajero, hasta liberarlo en Escobar. Otra versión, algo más ampulosa, indicaba que Aíto había permanecido dos días secuestrado, hasta que la familia pagó sin chistar 20.000 dólares.
Las versiones tomaron por sorpresa a la Bonaerense. El jefe de la DDI de San Isidro, Aníbal de Gastaldi, informó que no existía ningún tipo de denuncia, y envió un patrullero para chequear la información en la misma Villa Rosa. “El propio ex presidente Fernado de la Rúa nos dijo que la semana pasada habían robado a su hijo y que habían decidido dar por terminado el tema”, informó De Gastaldi.
Horas después, el propio Fernando “Aíto” envió un comunicado de prensa con su firma, desde Brasil, para aclarar errores. Allí explicó que todo ocurrió “el día sábado (7), encontrándome en la zona norte de la provincia de Buenos Aires en casa de unos amigos”. “El lugar fue objeto de un asalto del que participó un solo delincuente que luego de sustraer el dinero de cada uno de nosotros se dio a la fuga.” Aíto tranquilizó a la opinión pública: “No hubo actos de violencia, ni intento de secuestro de ninguno de los presentes, ni recorrido alguno por cajeros automáticos como trascendió. Se trató de un robo que transcurrió siempre en el mismo lugar de los hechos y que duró unos 15 minutos aproximadamente”.
Surgieron entonces otras versiones: una señalaba que fue decisión familiar no presentar denuncia, para evitar molestas intromisiones. Otra, que todo podría haber sido más grave que la desmentida. Una tercera se afirmaba en los resquemores de Aíto por las cámaras, después de aquel sonoro cachetazo.