SOCIEDAD
Siete argentinos presos en Florida por vivir con documentos ilegales
Los detuvieron el viernes. Les pueden corresponder penas de entre 5 y 10 años de prisión. Una mujer está prófuga.
› Por Pedro Lipcovich
Nunca fueron tantos pero pronto serán más. Siete argentinos fueron detenidos en Florida, Estados Unidos, por residir con documentación falsa, en la mayor redada hasta ahora por ese motivo. Es probable que haya más arrestos porque decenas de miles de compatriotas viven ilegales en ese estado norteamericano y “a muchos de ellos, que llegaron cuando no hacía falta visa para entrar, después no les quedó otra alternativa que conseguir documentos ilegales”, según confió a este diario el representante de una entidad que tramita residencias en Miami. Los controles se hicieron cada vez más estrictos desde los atentados del 11 de setiembre, que además produjeron la caída del turismo, principal fuente de trabajo en el sur de Florida. Entretanto, otra argentina, la mujer de uno de los detenidos, aún no fue capturada y se esconde: “Nos llama desde allá llorando, está desesperada”, dijo la hermana de la joven, que tiene 26 años y dejó un trabajo en su Córdoba natal en busca del sueño americano.
El viernes pasado, el FBI y el Departamento de Migraciones de Estados Unidos efectuaron un operativo conjunto en tres localidades de Florida: Miami, Palm Beach y Fort Lauderdale. El resultado fue la detención de unos 20 inmigrantes ilegales latinoamericanos. En Palm Beach fueron apresados seis argentinos: Marcelo Saldaño –cordobés–, Vera Monomachoff, Miguel Expósito, Alberto Roldán y Gloria Pérez –de la provincia de Buenos Aires– y el mendocino Carlos Funes. En Fort Lauderdale detuvieron a otro argentino, cuyo nombre no se dio a conocer hasta ahora.
Los hombres quedaron alojados en la cárcel de Palm Beach; una de las mujeres en la prisión de mujeres de Stockade, en West Palm Beach, y la otra permanece en su domicilio bajo un régimen especial que le permite atender a su hija discapacitada.
Se los acusa de “adquisición y utilización de documentación falsa”, delito castigado con cinco a diez años de cárcel. Alejandro Nieto, cónsul general adjunto de la Argentina en Miami, explicó que “son cargos graves, sujetos a la Justicia federal. Los detenidos son asistidos por defensores oficiales y los hemos alentado a que sean muy francos con sus abogados: en Estados Unidos, si la persona se declara culpable, no hay juicio y puede negociarse la reducción de la pena entre la fiscalía y el abogado defensor”. El 9 de octubre está prevista la audiencia donde los acusados deberán declarar su culpabilidad o su inocencia. En ningún caso quedarán en libertad en Estados Unidos, ya que, por infracción a las normas migratorias, los aguarda la deportación.
El cónsul Nieto comentó que “a partir de los atentados del 11 de setiembre de 2001, los controles a la inmigración ilegal se aplican con más rigor; además, la merma del turismo, que se produjo por ese mismo motivo, redujo la principal fuente de trabajo; mucha gente que estaba en condiciones informales fue despedida; hoy es más difícil conseguir empleo sin papeles o con papeles de origen dudoso”, lo cual propicia el recurso a lo que los argentinos llamarían el truchaje.
Fernando Pettineroli, vicepresidente de Causa –que ofrece a argentinos ilegales intentar regularizarse pidiendo asilo político–, observó que “una gran cantidad de argentinos viven y trabajan en Miami con documentos que no son legales: en especial los que llegaron durante el waiver, cuando se podía venir sin visa y, después, no les quedó otra alternativa”. Según Pettineroli, “lo más triste es que muchas de estas personas hubieran podido en aquel período conseguir visas legales, pero les parecía muy costoso, o creyeron que el waiver nunca se iba a cortar, o pensaban que seguir ilegales era deportivo. Esa mentalidad argentina de no querer cumplir las reglas les jugó en contra, no quisieron darse cuenta de que esto es otro país”. Se estima que más de 80.000 argentinos residen en Miami, y dos tercios estarían en la ilegalidad.
Natalia Muesa, la mujer del detenido Marcelo Saldaño, está prófuga en algún lugar del estado de Florida. Su hermana Daniela contó ayer a estediario que “ese día, ella no fue a trabajar y se salvó de que la detuvieran pero ya no pudo volver a su casa. Se esconde en casas de amigos y nos llama llorando, pidiendo ayuda. Tiene 26 años. Ella tenía trabajo en Córdoba, era empleada en un negocio. El marido estaba desocupado y se fueron con otro matrimonio que les iba a conseguir trabajo. Pero allí hubo problemas entre las dos parejas y ellos, por su cuenta, encontraron empleo en una empresa de limpieza. Un abogado les había conseguido la documentación. Limpiaban el aeropuerto y los tribunales de Palm Beach. Ahora ella no sabe qué hacer. En el consulado le ofrecen un pasaporte, porque el suyo quedó en el departamento, pero si trata de volver al país la van a detener en el aeropuerto. Ella nos llama llorando”.