La chaqueta de Blanca aún está manchada de sangre. “No se acaba de quitar”, dice, tras los anteojos de sol que ocultan las bolsas moradas bajo los ojos y los puntos en el entrecejo.

Blanca Ayala, de 60 años, fue agredida brutalmente el jueves 6 de marzo en plena calle, a las dos y media de la tarde, en el barrio del Pilar (distrito de Fuencarral - El Pardo). Venía de trabajar. Justo en ese momento estaba cruzando el paso de peatones. “Caminaba sin mirar a los lados, como cualquiera.” Entonces sintió “un mazazo” en la cabeza. “Mi reacción natural fue girarme.” Un acto reflejo que el agresor aprovechó para seguir golpeándola. “Y me desmayé”, recuerda. Blanca no lo conocía. “Si estoy viva es gracias a la gente”, asegura.

La mujer evoca el ataque serenamente, acompañada de su marido, Francisco, en una cafetería del barrio donde vive desde hace seis meses. Ambos son argentinos, aunque Francisco tiene también la nacionalidad española. Por eso decidieron mudarse aquí hace dos años, buscando mejores oportunidades económicas. Nunca antes habían sufrido una agresión de este tipo.

Blanca intenta reconstruir la agresión, que ocurrió a plena luz del día, en la confluencia de la calle de Camino de Ganapanes y la avenida de Monforte de Lemos, vías muy transitadas. Blanca salía del subterráneo y se dirigía a su casa. De uno de los lados de la avenida salió el hombre, según le contaron luego a Blanca los vecinos. Se dirigió a ella y la apaleó. Los conductores, recuerda, pararon y se bajaron a ayudarla. Justo después se desmayó. “Pero pude verlo. Tengo su cara grabada. Era moreno, de unos 40 años, piel cetrina, medianamente alto e iba vestido de blanco y pantalón gris.”

A las ocho de la tarde, después de pasar por La Paz, donde le pusieron ocho puntos, Blanca acudió a la comisaría para denunciar los hechos. El hombre fue detenido ese mismo día y está en libertad con cargos, según han informado fuentes policiales.

* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.