Sáb 14.09.2002

SOCIEDAD  › VINCULAN A FERNANDEZ CON EL CRIMEN DE MELMANN

El “Gallo” rumbo al corral

› Por Horacio Cecchi

Un detenido por falso testimonio, una casona orgiástica reconocida por un policía testigo, una parejita de testigos de identidad reservada que vieron al Gallo Fernández conversando con policías de un patrullero minutos antes del secuestro de Natalia Melmann, dos remiseros que pidieron declarar con la sala vacía (preferentemente, sin los acusados) y sostuvieron que el sargento Oscar Echenique esa noche manejaba un patrullero, dos mujeres que vieron al Gallo siguiendo a Natalia, un Gallo Fernández por primera vez seriamente comprometido en el juicio, y tres policías acusados ya sin argumentación posible. La quinta jornada del caso Melmann ofreció novedades.
Habrá que agregar que la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, presenció la audiencia y al término denunció que “los jueces están arreglados por la policía porque no detuvieron a Maximiliano Marolt”. Gustavo Melmann disintió con ella, y consideró que “el tribunal se comporta con total equidad”. Bonafini se refería a la declaración del ex novio de Natalia el jueves, durante más de una hora y media. Antes de finalizar, el tribunal suspendió su declaración al percatarse de que le había tomado juramento pese a estar procesado por falso testimonio en la misma causa.
De todos modos, otro testigo fue detenido por la misma razón: Jorge Cosme Cepeda, desde cuyo teléfono el Gallo llamó al celular de su madre en tres ocasiones y dijo “no me quiero comer un garrón” y pidió que le consiguieran un abogado. Cepeda no recordó aquel llamado clave ante el tribunal y quedó detenido y procesado. Durante la mañana, declararon los testigos de identidad reservada A y B (es tan temida la policía que los testigos sin identificación pública en el caso llegan hasta la letra K), una parejita que viajaba en moto y pasó delante del Gallo mientras conversaba con dos policías de un patrullero. La parejita prestó atención porque supuso que el Gallo sería una víctima más de la arbitrariedad policial: “Mirá ese pobre tipo, seguro que lo detienen”, pensaron al pasar junto a ellos.
No lo detuvieron. Según las testigos Norma Gordon y Delia Ferrino, empleadas de limpieza del restaurante “Lo de Pereyra”, cuando baldeaban la vereda vieron al Gallo intentar manosear a Natalia. También describieron que la siguió, que un patrullero se cruzó con ella, que el Gallo dobló y reapareció a la otra cuadra. La reaparición coincide con el momento en que la parejita A y B lo vio conversando con el móvil policial y después desaparecer, presumiblemente dentro del patrullero aunque no detenido.
La hipótesis es que el Gallo y el patrullero buscaban a la misma chica, y que se unieron en la búsqueda. Los dos remiseros que declararon a sala vacía agregaron al otro acusado: dijeron haber visto a Echenique conduciendo un patrullero a esa misma hora. Otro testigo, el sargento Alberto Abraham, también custodio de Amadeus, reconoció que “la casa de Copacabana era utilizada por los acusados para organizar asados”. Allí, los Melmann sostienen que fue violada y asesinada Natalia.

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