SOCIEDAD › PARO DE PILOTOS POR LA REINCORPORACION JUDICIAL DE UN JEFE EN AEROLINEAS
La Justicia laboral ordenó a la empresa reponer en funciones a un ejecutivo desplazado. El gremio de los pilotos, opuesto a la medida, se declaró en huelga “por razones de seguridad”. Hubo varias horas sin vuelos en Aeroparque y Ezeiza.
El paro de los comandantes de aviones que por pocas horas ayer demoró los vuelos de Aerolíneas Argentinas hace presumir una eventual cogestión de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) en la privatizada. Esta vez fue la resistencia del gremio a una orden judicial para reincorporar en una función ejecutiva a un piloto que no goza de la simpatía del sindicato, que tiene una notoria influencia en la gestión y goza de un llamativo respaldo de la Secretaría de Transporte. Ricardo Jaime ayer mismo instruyó a la empresa gerenciada por los españoles de Marsans para garantizar la operatividad, desoyendo en consecuencia el mandato de los tribunales.
La Justicia laboral ordenó la restitución de José Luis Bailac a la jefatura alterna de asistencia a la flota 310, lugar del que había sido desplazado, curiosamente, después de trabajar durante un conflicto gremial. Tras perder su responsabilidad ejecutiva, el piloto no volvió a ser “programado” en el diagrama de vuelos, quedando de hecho sin tarea, aunque cobrando sueldo. Esta decisión es competencia de la gerencia de operaciones a cargo de Daniel Riva, colega que sí goza del respaldo de APLA.
Cuando los Tribunales hicieron lugar a un amparo (sin expedirse sobre la cuestión de fondo), Riva renunció, negándose a integrar a su equipo de trabajo a Bailac, con quien está enemistado. La primera en reaccionar fue APLA: argumentando que la legislación vigente impide operar a una compañía aérea sin el máximo responsable de esa gerencia, el sindicato dispuso paralizar las actividades hasta que la situación se normalizara. Aquí la determinación que suspendió los vuelos, con el consiguiente congestionamiento en los aeropuertos.
Después de que los pilotos adoptaran esta decisión, una nota del secretario de Transporte, Ricardo Jaime, dirigida a la conducción de Aerolíneas, ordenó garantizar la cobertura de la gerencia de operaciones como condición para volar en forma segura. Esa dependencia dispuso “suspender toda medida que modifique o implique una alteración de las actuales estructuras de personal”... Aunque invocando un mandato legal, la decisión del funcionario fue a contramano de la instrucción impartida por la Justicia que, aunque en la instancia preliminar de un amparo, ordenó la reincorporación de Bailac. Aerolíneas acató dejando al demandante en su lugar anterior, al tiempo que habilitó con ello la continuidad de Riva.
“En ningún momento nosotros podemos despedir a nadie. Eso lo hace la empresa. Que yo sepa, no hubo expulsiones de pilotos sino oferta de retiros voluntarios”, se defendió sin ser atacado el titular de APLA, Jorge Pérez Tamayo. Fue cuando este diario le preguntó por la información proporcionada por un canal de TV según la cual el paro era en repudio de la reincorporación de dos pilotos que habían sido expulsados luego de trabajar durante una medida de fuerza dispuesta por APLA.
La sensibilidad del gremialista quizá no se explique sólo por la incomodidad de responder a esa sentencia pública, formulada ante las cámaras de TV en un canal de mucho rating. Según fuentes del sector, el anterior gerente general, Esteban Maccari, intentó congraciarse con APLA promoviendo el despido de aquellos trabajadores que contrariaban las medidas de fuerza dispuestas por ese gremio. Una especie de inmolación patronal que no le sirvió mucho a ese ejecutivo, ya que el activo gremio de los pilotos siguió defendiendo sus criterios a fuerza de paro.
Después de la apertura del retiro voluntario al que fueron convidados a acogerse los renuentes a parar en los términos de APLA, el gremio forzó a la reprogramación de vuelos de Aerolíneas Argentina (con el consiguiente espaciamiento de las frecuencias) cuando denunció que no se estaba respetando el esquema de descanso correspondiente. Aunque la situación no era nueva, Transporte tomó cartas en el asunto apoyando el criterio de los pilotos y obligó a la privatizada a redefinir horarios.
Hay al menos otro hecho llamativo, que les da gran protagonismo a los pilotos en el destino de la compañía, cuyas cuentas siguen en situación delicada. Aerolíneas comenzó la incorporación de los aviones AirBus 320, por ahora un peso muerto en la flota. Según el líder de APLA, ningún conductor está en condiciones de volarlos porque “la empresa no se ocupó de la correspondiente instrucción”. Por el contrario, la privatizada asegura que “los instructores designados renunciaron en masa” por influencia del gremio, que estaría disconforme con las condiciones laborales previstas para comandar esas aeronaves.
APLA es sólo uno de los siete gremios involucrados en la actividad aérea. Pero, sin lugar a dudas, cualquier medida que adopte tiene una eficacia tan indiscutible como el respaldo implícito que suele conseguir en Planificación.
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