La ministra de Salud, Graciela Ocaña, anunciará hoy un Programa Nacional de Prevención de Cáncer de Cuello Uterino y relanzará el debilitado Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, que en los últimos meses había quedado sin píldoras anticonceptivas para distribuir en todo el país (ver aparte). El cáncer de cuello uterino o cáncer cervical es la segunda causa de muerte en las mujeres de 35 a 65 años en la Argentina, después del cáncer de mama. Cada año se diagnostican 3000 nuevos casos: más de la mitad se encuentran en estadios avanzados, lo que reduce las posibilidades de curarlos y aumenta las probabilidades de muerte. Anualmente mueren por esta enfermedad alrededor de 1600 mujeres. Lo paradójico es que es fácilmente prevenible: si se detecta precozmente y se trata, puede lograrse la curación en la mayoría de los casos y generalmente sin comprometer la fertilidad.

El programa que se pondrá en marcha desde la Nación prevé fortalecer actividades de prevención en una primera etapa –que se extenderá hasta 2011– en las cinco provincias más afectadas por este tipo de cáncer: Misiones, Salta, Formosa, Chaco y Jujuy. Allí las tasas de mortalidad duplican el promedio nacional de 7,2 mujeres por cada 100.000.

Se trata de una enfermedad asociada a la pobreza. La llave para su detección es un examen sencillo y muy barato para el sistema de salud: el test de Papanicolaou, conocido como pap. Sin embargo, un alto porcentaje de mujeres que padecen cáncer de cuello uterino se entera de que lo tiene cuando ya está en estadios avanzados, porque pasaron años sin acceder a hacerse un pap.

El programa tiene como meta que entre 2009 y 2011 el 80 por ciento de las mujeres de 35 a 64 años de las provincias “prioritarias” se haya realizado por lo menos un pap. “Después de dos pap consecutivos negativos, el Programa Nacional recomienda un Papanicolaou cada tres años en las mujeres comprendidas entre esas edades. Si consideramos a las mujeres que no tienen cobertura de salud, esto implicará realizar aproximadamente 87.000 tests de Papanicolaou por año”, informó el Ministerio de Salud en un comunicado de prensa.

El cáncer de cuello uterino es una enfermedad de lenta evolución que puede producirse en el cuello del útero. Uno de los causantes es el virus del papiloma humano (HPV), que se transmite mayoritariamente por vía sexual. Existe una vacuna contra el HPV, ya disponible en la Argentina. Los costos de sus tres dosis rondan los 1000 pesos. Todavía no está incorporada al calendario oficial, ni está prevista su aplicación entre adolescentes en el Programa que lanza hoy el Ministerio de Salud. Se recomienda aplicar antes del inicio de la vida sexual, entre los 11 y los 13 años. Es efectiva en mujeres que no hayan tenido contacto con el HPV.

Otra meta que se propone el Ministerio de Salud es que en el año 2011 el 80 por ciento de las mujeres mayores de 64 años sin cobertura de salud de las cinco provincias en las que se focalizará la prevención se haya realizado por lo menos un pap en su vida.

Según la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec), en los últimos 50 años, el uso rutinario del pap para detectar el cáncer cervical redujo en un 74 por ciento las muertes debidas a esta enfermedad en los países más desarrollados. El pap permite hallar no solamente células cancerosas sino aquellas que podrían serlo en el futuro. De ahí la importancia fundamental que tiene que se favorezca su acceso. A diferencia del criterio del Ministerio de Salud, Lalcec recomienda realizar este examen ginecológico todos los años desde la iniciación de las relaciones sexuales hasta los 70 años.

El Ministerio de Salud informó que está en marcha una fuerte capacitación teórica y entrenamiento práctico en la obtención de muestras de Papanicolaou en las cinco provincias más afectadas, junto con la provisión de insumos y equipamiento para realizar esos análisis. Para el año 2011, la meta es que todos los laboratorios de hospitales tengan controles de calidad interno y externo de los análisis efectuados.

También se espera para ese año que el 90 por ciento de las mujeres con lesiones de alto grado por cáncer de cuello uterino hayan recibido tratamiento dentro de los seis meses posteriores al diagnóstico. En una segunda fase, el Programa extenderá sus beneficios al resto de las jurisdicciones nacionales.