Dom 06.07.2008

SOCIEDAD  › MACRI ACUERDA CON LAS COOPERATIVAS LA RECOLECCION

Un lugar para los cartoneros

El gobierno porteño lanzará una campaña de separación de residuos en origen. Los reciclables serán recolectados por las cooperativas de recicladores urbanos. La nueva licitación para la limpieza y recolección divide la ciudad en tres zonas, el contrato será por diez años y el pago se hará por tonelada de basura recogida. Descartan la incineración.

El gobierno de Mauricio Macri acordará con las cooperativas de cartoneros de la ciudad un sistema de recolección puerta a puerta de materiales reciclables, que serán separados en origen, primero en oficinas y grandes comercios, y luego en edificios y viviendas particulares. El nuevo método de recolección fue anunciado a PáginaI12 por el ministro de Ambiente y Espacio Público, Juan Pablo Piccardo. “De esta manera, a partir de ahora separamos la recolección de residuos del reciclado: la recolección quedará en manos de las empresas de higiene urbana y el reciclado, así como la implementación de la Ley de Basura Cero será responsabilidad del gobierno”, afirmó el ministro.

El Ejecutivo porteño se apresta a enviar a la Legislatura los pliegos para licitar el servicio de recolección de residuos, el contrato que en lo económico es el más importante de la ciudad. Según explicó Piccardo, habría tres diferencias fundamentales con el actual contrato:

- La ciudad estará dividida en tres zonas en lugar de cinco, es decir que serán tres las empresas que prestarán el servicio de higiene urbana. “Controlar a cinco empresas implica un enorme esfuerzo, es casi imposible. En las grandes ciudades del mundo la ciudad se divide en dos o tres zonas” argumentó el ministro. Una cuarta zona será gestionada, como ahora, por la Dirección de Higiene Urbana, un organismo oficial, pero esa área será menor a la actual. “Lo estamos negociando con el sindicato (Sutecba)”, dijo Piccardo

- El contrato será por diez años en lugar de los cinco actuales. “Se les va a exigir a las empresas mayor inversión en tecnología, como máquinas de barrido y limpiadoras de veredas y calzadas además de mayor cantidad de recursos humanos. Por eso, la idea es que puedan amortizar esa inversión en un plazo mayor”, fundamentó el funcionario.

- El pago de servicio volverá a hacerse por tonelada de basura recogida, como era hace cinco años. La última licitación introdujo el concepto de área limpia, es decir que las empresa cobraban si en su zona habían hecho el trabajo correctamente. De lo contrario eran multadas. “Es muy difícil definir qué es área limpia, de hecho no estaba definido. Al ver que la ciudad está sucia, podemos decir que ese sistema fracasó”, agregó.

- Se aumentará la cantidad de cestos papeleros de los 50 mil actuales a 100 mil.

“No está pensada la incineración de residuos porque está prohibida por la ley”, enfatizó Piccardo, ante una consulta de este diario. Salió al cruce así de una polémica generada a raíz de las opiniones de un funcionario de su cartera, que dejaba entrever que el tema se estaba estudiando en el ministerio.

En cuanto al monto del contrato, se estima que será similar a lo que está gastando actualmente en el servicio: unos 700 millones de pesos anuales.

Pero lo más novedoso del proyecto oficial es el acuerdo que el ministerio está logrando con algunas de las cooperativas de cartoneros que trabajan en la ciudad. Algunas de ellas, como El Ceibo, implementan desde hace años un eficiente sistema de recolección puerta a puerta, por viviendas del barrio de Palermo, en días y horarios fijos.

“Vamos a profundizar la separación en origen, con campañas sostenidas, y no vamos a utilizar el sistema de recolección para los reciclables: no pueden competir los dos sistemas”, sostuvo Piccardo.

El funcionario ratificó que no se utilizará más el sistema de containers para materiales reciclables “porque ese sistema fracasó, no toda la gente tiraba la basura donde correspondía y muchas veces entre los reciclables aparecían residuos húmedos, lo que hace inútil el recorrido diferenciado que se hace para recogerlo, en lo que se gasta unos 80 millones de pesos por año”. “En algunos países funciones este sistema de doble container, pero en esos países no hay recuperadores urbanos como acá”, aclaró. El sistema de contenedores continuará, sin embargo, para los residuos comunes “porque demostró ser muy eficiente: las cuadras donde están instalados están más limpias”.

“El sistema puerta a puerta va a comenzar primero con los grandes generadores de residuos, las oficinas públicas, los shoppings, y luego en los edificios de consorcio, a los que se va a proveer de contenedores especiales para que almacenen los reciclables”, explicó Piccardo. “Las cooperativas ya tienen una importante experiencia y estamos ajustando detalles para el transporte hasta los centros verdes, donde se hará la clasificación”, agregó el ministro.

–¿Qué va a pasar con los cartoneros que no pertenecen a una cooperativa? -–le preguntó este diario a Piccardo.

–Vamos a promover su inclusión en cooperativas. Muchos pueden trabajar en los centros verdes de clasificación, ahí va a haber mucho trabajo.

Los centros verdes debían ser construidos por las empresas recolectoras. De los cinco que debían levantarse, sólo se hicieron dos, un galpón en Retiro para la cooperativa El Ceibo y otro en el Bajo Flores, que es administrado por los cartoneros de Reciclando Sueños. De acuerdo con la opinión de expertos, no se trata de centros modelo ni mucho menos. El retraso en la construcción obedeció en ocasiones a dilaciones de las empresas, pero en otros a resistencia de los vecinos (como en el caso de Saavedra) a tener un centro de reciclado en su barrio.

Según adelantó Piccardo, el gobierno se hará cargo de la gestión del reciclado: “Queremos desligar a las empresas recolectoras de todo lo que sea materiales recuperables. Ellas se tienen que ocupar de mantener la ciudad limpia –afirmó–. Todo lo que sea reciclado y cumplimiento de la Ley de Basura Cero quedará en manos del gobierno.”

La Ley de Basura Cero establece plazos para reducir el volumen de residuos que la ciudad entierra en los rellenos sanitarios de la provincia de Buenos Aires. Así, para 2010, la ciudad debería reducir un 30 por ciento la cantidad de basura que genera respecto de lo que producía en 2004 (un millón y medio de toneladas), mientras que para 2012 la reducción debería llegar al 50 por ciento y en 2017 a un 75 por ciento.

–Semanas atrás se conocieron críticas de funcionarios de su cartera a la Ley de Basura Cero. ¿Cuál es su opinión? –preguntó PáginaI12.

–La Ley de Basura Cero es filosóficamente correcta. Se pueden discutir los valores y los plazos de reducción, pero su aplicación es muy positiva.

El Ministerio de Ambiente y Espacio Público ya tiene delineada una estrategia para reducir el volumen de residuos.

- La implementación de una ley de envases (en realidad, un decreto) que establece una contribución a todas las empresas que elaboren productos, proporcional al nivel de contaminación que generan sus desechos con la finalidad de estimular la reducción del packaging. “Queremos apuntar a que haya un diseño ambiental, que el fabricante tenga en cuenta y se haga cargo del residuo que genera al vender un televisor, por ejemplo”, explicó Piccardo.

- La reutilización de los llamados residuos áridos (escombros) en rellenos de tierras. “Hasta ahora estábamos pagando para disponer esos residuos, ahora hasta podríamos cobrar a quien los necesite”, afirmó el ministro.

- La separación domiciliaria y la recolección puerta a puerta, explicada más arriba.

–Hubo críticas a la utilización de esos rellenos en el río, porque podrían contaminar por la presencia de plomo u otras sustancias provenientes de las construcciones.

–Los escombros son clasificados previamente y se elimina todo tipo de elementos nocivos, por lo que hay que decartar cualquier posibilidad de contaminación.

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