Brasil fue un caos. Semáforos apagados, gente atrapada en los ascensores y en el subte y centros comerciales a oscuras fueron solo una parte del paisaje de sus principales ciudades. El ensayo de apocalipsis tuvo lugar cuando se desconectaron 13 de las 18 turbinas de la central hidroeléctrica binacional paraguayo-brasileña de Itaipú. El corte dejó sin electricidad durante al menos media hora a seis estados y afectó a más de cien millones de personas. Las autoridades gubernamentales se limitaron a informar que el apagón no fue causado por factores vinculados al racionamiento de energía impuesto desde junio de 2001 y que la hipótesis principal apuntaba a la caída de una línea de trasmisión de la central como posible determinante del corte. Hasta anoche no se había registrado ningún accidente de relevancia.
“El apagón de hoy –por ayer– muestra una vez más que el sistema de energía eléctrica del Brasil es vulnerable debido en parte a los errores cometidos en la privatización parcial del sector”, advertía el físico Luiz Pinguelli Rosa, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro y especialista en energía y política energética. Eran las dos de la tarde y parte de los estados de San Pablo, Rio de Janeiro, Espíritu Santo, Minas Gerais, Rio Grande do Sul y Paraná, el distrito federal de Brasilia y las capitales estatales de Cuiabá, Campo Grande y Porto Alegre, mostraban enormes embotellamientos, vehículos y peatones cruzando intersecciones con los semáforos apagados, trenes suburbanos detenidos y grupos de bomberos yendo de un lado a otro para rescatar a las miles de personas que quedaron atrapadas en ascensores y subtes. “Vemos que el país se queda sin energía por una causa menor, lo que demuestra su vulnerabilidad”, comentaba Pinguelli Rosa.
El estado más afectado fue el de Rio de Janeiro, donde la falta de energía eléctrica se prolongó por dos horas y media, obligando a desconectar las dos centrales nucleares brasileñas de Angra (Angra I y II). El corte se produjo a las 13.55, cuando se desconectaron automáticamente 13 de las 18 turbinas de Itaipú, aparentemente debido a la caída de una línea de trasmisión que habría recibido demasiada carga energética, según lo informado por el presidente de Itaipú Binacional, Euclides Scalco, quien además señaló que solamente las máquinas que abastecen a Brasil registraron problemas, mientras que las que producen energía para Paraguay siguieron funcionando correctamente.
A pesar de que Brasil impuso en junio un severo programa de racionamiento eléctrico para evitar un desabastecimiento a causa del bajo nivel de las reservas de agua que alimentan a las plantas hidroeléctricas, responsables del 90 por ciento de la energía del país, el gobierno aseguró que el apagón no estuvo relacionado con los problemas energéticos de los últimos meses. El último corte de importancia en Brasil se había producido en marzo de 1999, y afectó prácticamente a las mismas regiones que el de ayer, aunque durante más de cinco horas. Aquella vez, el corte se atribuyó oficialmente a un rayo que cayó sobre una subestación de San Pablo.