La reunión de prevención de asaltos a los colectiveros no puede haber empezado más sombría o, como se suele decir, con horizonte más negro: un chofer de la línea 80 había sido asaltado y golpeado en Villa Lugano. Pero no a la madrugada sino a las 7 de la mañana. El caso fue lo primero que se planteó en el encuentro entre la cúpula de la Federal y los titulares de la UTA, realizado a las 11 de la mañana en el Departamento Central de la Federal. De la reunión surgieron algunos detalles que deberán ir ajustando los actores, pero el esquema es simple: los colectiveros confeccionan mapas de riesgo crítico en sus recorridos (incluye asaltos y boliches) y los trasladan a los uniformados, que a su vez confeccionan un plan de acción preventivo y lo aplican. De la práctica y constatación de que el del colectivero no debiera ser un trabajo de riesgo dependerá que no se reedite la medida de fuerza.

El encuentro tuvo lugar a las 11, en el Departamento Central de los federales. Participaron el secretario general de la UTA, Roberto Fernández, y el adjunto, Ricardo Alí; y por el lado policial, el encuentro se inició con el jefe de los federales, Néstor Valleca, y luego con el superintendente de Seguridad Metropolitana y los jefes de operaciones.

“Hay buenas intenciones de las dos partes”, dijo a este diario uno de los participantes de la reunión. ¿Qué surgió de las dos horas que llevó? En lo discursivo, el sistema acordado pareciera sencillo: primero, los delegados trazan las zonas más complicadas –que incluyen no sólo asaltos consuetudinarios sino golpes y botellazos a la salida de las discos–, una suerte de mapa de riesgo. Lo trasladan a la policía, que a su vez dispone reforzar patrullajes guiándose en buena parte por esos planos.

“Se agregaron 44 móviles –describió un vocero policial– para reforzar lugares específicos. Por ejemplo, el área de la General Paz, se colocan grupos de asalto en los puentes, equipos de Investigaciones en lugares determinados por los mismos colectiveros.”

“Se puso en práctica como se empezó a hacer en la provincia –describió el secretario adjunto de la UTA, Ricardo Alí–. Allí, nuestros delegados y encargados de zona hacen el plano de riesgo, se reúnen con los comisarios de las departamentales, les entregan los planos y se inicia el plan de patrullaje en base a la información del plano y lo que los policías ya saben. En Capital fuimos a la reunión con un plano de cada lugar, con las zonas más calientes, y los mayores inconvenientes como los que generan los días viernes y sábados los boliches, porque los pibes de los boliches no roban pero salen totalmente borrachos y tiran botellas, rompen todo. Después, hay que seguir reuniéndose para ir comunicando los cambios porque, vio cómo es, patrullan en un lado y la cosa sale por otro. Por eso hay que ir notificando todo el tiempo.”

La semana próxima se realizará una reunión conjunta entre Capital, provincia y el gremio de los colectiveros para poner ambos sistemas en simultaneidad operativa.

A las 7 de la mañana, el interno 71 de la línea 80 fue asaltado en la zona de Villa Lugano. Seis muchachos, uno de ellos con una escopeta made in casa, subieron al colectivo, golpearon a un pasajero, le sacaron la mochila y entretanto el chofer hizo señales de luz a un patrullero. Uno de los ladrones lo observó y le dio un culatazo. Cinco de los seis escaparon, pero uno fue detenido. Según el punto de vista, o los asaltos continuaron no obstante, o el patrullero apareció porque se hizo el refuerzo.

“El patrullero estaba porque la zona ya estaba marcada –dijo el secretario adjunto Ricardo Alí–. El ramal Piedrabuena de la línea 80 (que es donde se cometió el asalto) fue levantado por los choferes porque esto viene pasando hace rato. Desde hace cuatro meses que en la 80 no dan el servicio de noche. Ahora, con el refuerzo de patrulleros, lo que se va a tratar es de que el ramal Piedrabuena vuelva a ser puesto en funcionamiento. No se puede dejar a la gente humilde sin su medio de transporte.”