La ciudad presentó su primer Sistema de Monitoreo de Aire y Ruido del país. Se trata de un conjunto de 41 torres de monitoreo inteligente (TMI) y cuatro centros de análisis (EPA) que, emplazados en diferentes puntos estratégicos de la ciudad, emitirán información simultánea sobre la calidad del aire que los habitantes de la ciudad respiran y el nivel de ruido al que están sometidos. “Si bien en Buenos Aires la contaminación no se nota tanto como en Santiago de Chile o en la ciudad de México, debido a su privilegiada ubicación geográfica, el altísimo grado de contaminación producida por las sustancias tóxicas que emanan los transportes y las fábricas, y por el ruido, es una realidad que hay que combatir”, destacó Graciela Gerola, presidenta de la Agencia de Protección Ambiental, el organismo encargado del relevamiento de datos.

La presentación se realizó en el Parque Roca, donde funcionará provisoriamente el centro de cómputos y donde ya se estableció una de las centrales denominadas EPA (siglas en inglés de la Agencia de Protección ambiental, de Estados Unidos, creadora de estos centros de control). Allí, un equipo de técnicos que está en vías de conformación, según lo aseguró Gerola, llevará a cabo el análisis de los datos recolectados por los monolitos y los EPA.

La información generada a partir del monitoreo de los equipos “facilitará el control sobre la contaminación en la ciudad para lograr que los habitantes se comporten como corresponde”, especificó el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, que compartió la presentación junto con Gerola y el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Juan Pablo Piccardo.

Según aseguró Macri, “aquellos que dañen la calidad de vida de los demás con excesivo ruido y emanaciones tóxicas serán intimados a comportarse como corresponde y, si continúan en su actitud, habrá sanciones”. En tanto, la presidenta de la Agencia aseguró que los datos servirán para elaborar políticas públicas de prevención y erradicación de la contaminación, aunque señaló que “antes que nada, se debe saber en qué estado se encuentra la ciudad, para después tomar medidas”.

La información estará a disposición del público a través de una página web oficial creada específicamente para ese cometido, respondiendo a la necesidad de controlar en forma permanente el medio-ambiente, uno de los requisitos clave que la Corte Suprema dispuso, en su fallo por el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo.

Los encargados de medir cuán saludable es el ambiente porteño para los pulmones y los oídos de sus habitantes son dos clases de equipos de tecnología de avanzada. Por un lado, las estaciones EPA, una suerte de laboratorio que captura y analizan la presencia de sustancias contaminantes presentes en el aire, como ozono, óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono, además de variables atmosféricas.

Por otro, el sistema también estará conformado por 41 torres de monitoreo inteligente que, además de medir la presencia de elementos contaminantes, a partir de su decibelímetro, revelará información sobre el nivel de ruido en cada sector de la ciudad.

La puesta en marcha del proyecto –desde la adquisición y colocación de las máquinas, fabricadas por la empresa de tecnología italiana Unitec, hasta la puesta a punto del centro de cómputos– le costó a la ciudad 2,5 millones de euros.

Salvo una, que fue establecida hace dos días en la zona de Catalina Sur, en La Boca, el resto de las TMI permanecerán unos dos meses en el predio del Parque Roca hasta que sean colocados en los distintos puntos de la ciudad. “Se trata de lugares estratégicos para cumplir con cada uno de los cometidos de las torres”, detalló Gerola. Hay cuatro clases de monolitos que sirven para analizar diferentes variables, como contaminación en las calles, contaminación regional, exposición de las personas, contaminación de fondo urbano, y que miden distintas sustancias.

De esta manera, hasta que los equipos estén dispuestos y calibrados, desde la Agencia de Protección Ambiental calcularon que el Sistema de Monitoreo “recién va a estar en pleno funcionamiento hacia fin de año”.

Informe: Ailín Bullentini.