SOCIEDAD › JORGE CORSI SE DEFIENDE DESDE LA CáRCEL, POR E-MAIL
El psicólogo procesado por estupro se queja porque dice que ha sido “condenado por los medios de comunicación”, los que acumularon “evidencias sobre aspectos de mi vida privada”. Respuesta del fiscal.
“Derecho a Réplica”, anuncia el encabezado de la carta que ayer hizo circular el psicólogo Jorge Corsi, procesado con prisión preventiva por el delito de estupro, con acceso carnal. “He sido objeto de un juicio que tuvo como sede los medios de comunicación y como resultado del cual he sido condenado y he sufrido una especie de lapidación pública”, prosigue el texto difundido por e-mail y leído en varias radios. La queja, más allá del tratamiento mediático, apunta a descalificar las pruebas que durante un año y medio acumuló la fiscalía que investiga el caso. “Solamente se han detenido a acumular evidencias sobre aspectos de mi vida privada –-afirma el acusado– que deberían estar resguardados por el derecho a la intimidad que me asiste y que no configuran delito alguno.”
“Nadie tiene derecho a meterse con su intimidad”, concedió ayer el fiscal Martín Niklison en diálogo con PáginaI12, “el tema es con quién ejerce esa intimidad. La ley protege a los menores contra cualquier tipo de abuso sexual por parte de los adultos”. Tanto Corsi como los otros tres acusados (Marcelo Rocca Clement, Pablo López Vidal y Augusto Correa) están con prisión preventiva desde el viernes pasado, por decisión de la jueza María Fontbona de Pombo. Todos están imputados por distintos delitos sexuales, pero el psicólogo de 60 años denuncia en su carta una “especie de encarnizamiento mediático” con su persona. Es que el hombre, se sabe, es un profesional que ha predicado contra los abusos domésticos y sexuales. “Me parece muy injusto que a raíz de esta lamentable confusión que me involucra, sea puesta en tela de juicio una producción teórica que ha contribuido y contribuye a la comprensión de la violencia, el maltrato y el abuso de poder en nuestra sociedad”, resalta Corsi desde la cárcel de Marcos Paz. Su preocupación principal no pasa porque “se destruya” a su persona, sino el prestigio de su trayectoria profesional y académica. “He dedicado la mitad de mi vida a investigar y producir conocimiento que contribuya a luchar contra toda forma de maltrato y abuso, y lo seguiré haciendo”, promete.
Otro de los pedidos de Corsi es que se vuelva a “la racionalidad que se ha visto afectada por el discurso mediático, y que no se sigan mezclando los niveles de análisis del problema”. En el párrafo siguiente, el psicólogo se extiende sobre este punto: “Yo soy como siempre me vieron. No tengo nada que ver con esa especie de monstruo que han inventado los medios”. Para Niklison, estas declaraciones no son más que artimañas de alguien que intenta “dar una respuesta por su imagen”.
Ayer, el fiscal adelantó que pedirá que la calificación contra el profesional sea “violación y no estupro”. La solicitud de cambio de calificación se debe a que, según el fiscal, no fueron relaciones sexuales consentidas las que habría mantenido con el menor de 13 años, lo que configuraría una pena mayor ya que para la violación el Código Penal prevé un castigo de 6 a 15 años de prisión y para estupro de 3 a 6 años de cárcel. Niklison aseguró que también declararon otros dos chicos de 13 y 15 años en Cámara Gesell, como se le llama al cuarto vidriado que se usa para filmarlos. Ambos serían víctimas de los imputados, y se sumaría un cuarto menor, también de 15 años. Todos se presentaron a partir de la difusión de la causa.
“Yo sería incapaz de ninguna de esa serie de barbaridades de las que se me acusa. Así lo demuestra la inexistencia de una sola prueba en mi contra en todo el expediente”, insiste Corsi en la carta. Niklison respondió: “Tiene todo el derecho a defenderse pero existen muchas pruebas en su contra”.
El caso ya lleva un año y medio de investigaciones. El psicólogo intentó desde un principio desautorizar el testimonio del joven de 13 años que presentó la denuncia junto a sus padres. “Son sorprendentes acusaciones que no han sido ni serán probadas, ya que se trata de hechos que nunca han existido”, dice la carta al respecto.
El menor “ya fue sometido a numerosas pericias psicológicas que aseguran la veracidad de su testimonio”, recalcó el fiscal, quien recordó que los dichos de Corsi sobre la supuesta tendencia fabuladora del chico no coinciden con los de los demás imputados. Según consta en el fallo de la jueza Fontbona de Pombo, “el modus operativo con destino criminoso que decidió utilizar este grupo de personas amigas ha sido el despliegue lento, paciente, astuto, inteligente y mentiroso de maniobras de seducción”. Niklison aseguró ayer que la jueza “se basó en el testimonio del menor y no le creyó a ninguno de los imputados cuando afirmaron que se reunían para hablar de filosofía”.
El fiscal también se refirió a los supuestos videos que habrían grabado con celulares durante los encuentros en casa de Corsi. “Estamos esperando el informe policial para que se acrediten como prueba en la causa”, dijo. Sin embargo, en su réplica el psicólogo sugirió: “Tengo la íntima convicción de no haber cometido delito alguno en toda mi vida”.
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