SOCIEDAD › INVESTIGABAN A UNO DE LOS COMERCIANTES ASESINADOS EN 13 CASOS DE VENTA ILEGAL
Se trata de medicamentos para el cáncer, el sida o la hemofilia, robados o adulterados. La investigación la inició la Anmat y dio origen a causas penales que están en curso. La venta irregular de drogas legales es una de las hipótesis del triple crimen.
› Por Pedro Lipcovich
La droguería Baires Med, cuyo representante legal era Sebastián Forza –uno de los empresarios que el miércoles apareció asesinado–, está involucrada en por lo menos 13 investigaciones por comercialización de medicamentos robados o adulterados. Las investigaciones fueron efectuadas por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y en todos los casos dieron lugar a causas penales que se hallan en curso. Además de señalar una de las posibles líneas de investigación para el crimen, el caso saca a la luz la existencia “de un grupo de droguerías dedicadas a introducir en el mercado medicamentos ilegales”, según una alta fuente del Ministerio de Salud. Buena parte de estos medicamentos habrían sido robados del Programa Nacional de Sida. De acuerdo con datos de la justicia electoral, la empresa de Forza hizo una importante contribución a la campaña de Cristina Kirchner: aportó 200.000 pesos.
El Programa Nacional de Pesquisa de Medicamentos Ilegítimos, dependiente de la Anmat, efectuó entre 2005 y 2008 las 13 denuncias penales que involucran a la empresa Baires Med, de la cual era apoderado Sebastián Pablo Forza. Todos los casos se hallan en trámite ante distintos juzgados, sin que se hayan producido dictámenes judiciales hasta la fecha.
En una de las denuncias, el Programa de Pesquisa detectó, en la droguería Plaza, partidas irregulares del medicamento Kaletra, contra el VIH/sida. En una de ellas se había borrado de los envases la inscripción “Programa Nacional de Sida. Prohibida su venta”. Ricardo Martínez, interventor en la Anmat, precisó que los remedios “habían sido robados del Programa Nacional de Sida”. Según la investigación, la droguería Plaza los había comprado a la droguería Eglis y ésta a Baires Med.
En otro caso se trataba del medicamento Ritonavir, también contra el sida: en la Farmacia Faraday se encontró un lote en el cual la leyenda que lo señalaba como perteneciente al Programa Nacional de Sida había sido “burdamente” tapada con una mancha de tinta. Según destacó Martínez, “todas las farmacias tienen un director técnico farmacéutico, que debería advertir irregularidades como ésta”. La investigación de la Anmat señaló qeu la farmacia Faraday le había comprado el producto a la droguería Dromas, que a su vez los había adquirido a las droguerías Unifarma y, nuevamente, a Baires Med.
Otra denuncia penal se efectuó por el medicamento Mabthera, también contra el sida: un médico del Policlínico Bancario reportó a la Anmat una presunta irregularidad: “En este caso el producto era adulterado, no simplemente robado”, puntualizó Martínez. El fármaco había sido comprado en la droguería San Javier, que, en abril pasado, informó haberlo adquirido en Baires Med. Forza firmó, el 9 de mayo pasado, una nota diciendo que la firma estaba en concurso por cesación de pagos a partir de diciembre de 2007, y después denunció como robadas las numerosas facturas que, ya en 2008, mostraban actividad de su empresa.
Otro caso es el del medicamento Novoseven (Factor VIIA), para la hemofilia, detectado en la Obra Social de Industrias Químicas y Petroquímicas como adquirido en Baires Med. También en la droguería ABC se detectaron medicamentos robados, provistos por la droguería Oncolife, que a su vez los había recibido de Baires Med. En la farmacia de la obra social Obsba se detectó Kaletra con etiqueta falsificada: provenía de la droguería Bioweb, que a su vez lo había recibido de Baires Med.
Según una fuente vinculada a la Anmat, “en los últimos dos o tres años se registra la aparición de un grupo de unas diez droguerías marginales, cuyos nombres se reiteran en estas investigaciones”. Una fuente próxima a la ministra de Salud, Graciela Ocaña, precisó que “hay unas 400 causas en relación con la comercialización irregular de medicamentos; muchos de ellos han sido robados a programas nacionales, en especial el de sida. A las droguerías, además de la denuncia penal, se les inicia un sumario administrativo por el cual, hasta hace poco, se les aplicaban multas irrisorias, de mil o dos mil pesos; hace unos meses empezamos a darles de baja”.
–¿Hay alguna explicación para los robos de medicamentos al Programa de Sida?–preguntó Página/12.
–Hace un par de meses la ministra Ocaña reemplazó e inició sumario al director de Sanidad y Fiscalización de Fronteras del Ministerio de Salud, a partir de lo cual se interrumpió la serie de robos –contestó Ricardo Martínez–. La fuente próxima a la ministra Ocaña agregó que “al efectuarse entregas de estos medicamentos en todo el país, de manera descentralizada, el control se hace más difícil”.
Martínez anunció que “trabajamos para modificar la cadena de comercialización de medicamentos. Un punto débil es la venta entre droguerías: nos proponíamos prohibirla, pero no es posible porque, en algunos lugares del país, esas ventas resultan indispensables para que el medicamento llegue.
Según resumió la fuente próxima a la ministra de Salud, las droguerías involucradas cumplen el papel de “reducidores’; ponen en el mercado los medicamentos de distintas fuentes ilegales, incluyendo los robos a camiones. Y es factible que quien ya esté en ese mercado delictivo se deslice a otros como el de los precursores químicos de drogas ilegales”.
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