SOCIEDAD › GRASSI HABLA CON LOS MEDIOS DESPUéS DE SEIS AñOS
Después de seis años de silencio mediático, Julio César Grassi, el cura que será juzgado a partir del martes próximo por abuso sexual contra tres chicos que concurrían a la Fundación Felices Los Niños que él preside, resolvió hablar con dos medios. En sendas entrevistas, aseguró: “Yo siempre digo que si hay justicia, voy a ser absuelto”. Acusó a un sector del periodismo de haber “extorsionado” a los chicos que lo denunciaron. Y reconoció que las medidas que le exige la Justicia “no son muy exigentes”: sólo va una vez por mes a Tribunales a notificar que está a disposición de los jueces (“Hago la cola como todo el mundo”, dijo) y nadie lo controla cuando ingresa diariamente a la Fundación, si cumple la condición de no tener contacto a solas con niños.
“Si hay justicia, voy a ser absuelto. Pero la Justicia comienza a ser una palabra abstracta, si entendemos que la Justicia está encarnada en hombres”, dijo el cura en declaraciones efectuadas a Radio 10. Grassi será juzgado por abuso sexual y corrupción de menores agravada por su condición de cuidador contra tres niños, quienes ya son mayores de edad, que concurrían a su Fundación, en un proceso judicial que demoró seis años.
Justamente ése es el tiempo en que Grassi se mantuvo alejado de los medios: después de la primera ofensiva, en octubre de 2002, cuando durante tres semanas ejerció su defensa a través del programa de Mariano Grondona, donde incluso se entregó a la Justicia.
Grassi destacó que la acusación en su contra fue realizada “no por los niños que iban a la Fundación sino por gente grande que los ha extorsionado”, y añadió que “algunas personas de Canal 13 se equivocaron mucho en la investigación”, en referencia a la producción realizada por Telenoche Investiga. “Ellos se fueron de periodistas a fiscales, a investigadores que tuvieron la osadía de decirles a algunas personas ‘decí esto, porque esto es verdad’.”
“Digamos que fue realmente lamentable todo lo que dañaron a las mismas personas a las que hicieron decir mentiras, como así también a las personas que quedaron involucradas en toda esta trama”, se defendió.
El cura reconoció que es “un pecador”. “No soy el mejor, pero estoy del lado de los buenos, de los que buscan el amor al prójimo y todo esto que han inventado tiene otra finalidad”, argumentó. Aseguró que en estos seis años siguió trabajando para la Fundación y que concurre todos los días desde las siete de la mañana hasta las ocho de la noche, con las precauciones que le impuso la Justicia al otorgarle la libertad morigerada.
En rigor, el horario de asistencia que le impuso la Justicia es de 8 a 18, ya que no puede permanecer en la Fundación durante la noche, dijo a PáginaI12 el abogado querellante en la causa, Juan Pablo Gallego. “No tiene más salida que hacerse la víctima, aunque siempre puede tener preparada alguna maniobra dilatoria, de las que ya ha realizado, sin las cuales este juicio podría haberse hecho mucho antes”, dijo el abogado.
Grassi también habló en el noticiero de América TV. “Los chicos de la fundación me extrañan y yo extraño a los que no puedo ver”, dijo, y afirmó que “trato de disimularles el dolor”. En este sentido, comparó su situación en la Fundación con la película La vida es bella, donde un padre le disimulaba a su hijo a través de juegos que estaban en un campo de concentración nazi.
“Siento una gran incertidumbre y un gran dolor, porque no creí que esto iba a llegar a durar tanto”, afirmó, aunque aseguró que está “entero, en paz y con muchas ganas de hablar dentro del juicio”. A partir del martes estará frente a los jueces, asistido por sus abogados, Ricardo Malvicini, Daniel Cabo y Martín Tipito.
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