Vie 04.10.2002

SOCIEDAD

Tres muertos al intentar robar nafta de un caño

Un comerciante en quiebra quiso robar combustible para su gasolinería. Una explosión lo mató junto a dos empleados.

El hombre estaba en la lona, según cuentan los vecinos. La estación de servicio que alquilaba en Libertad, en el partido de Merlo, estaba en bancarrota. Y encima empezaba a recibir juicios por deudas varias. Hasta ahí, nada lo distinguía del cúmulo de comerciantes que en el país van rumbo a la quiebra. Pero él decidió salvarse por una vía poco feliz: la de alimentar su gasolinería con combustible robado. Para eso, excavó debajo de su local en busca de un caño maestro de Repsol-YPF que pasa por allí. El problema fue que, tras la perforación, explotó todo. Y el hombre murió en el estallido, junto a dos de sus empleados.
“Venía peléandola desde hace rato, hace años que estaba acá, todos lo conocíamos y sabemos que fue la desesperación lo que lo llevó a esto.” Así describió uno de los vecinos a Juan Cillia, que tenía 55 años y era de Ramos Mejía. Siete años atrás había adquirido el fondo de comercio de la Gasolinería Libertad. “Pagó bien durante mucho tiempo, pero en el último año empezó a atrasarse y hace un mes empezamos un juicio. Tenía problemas comprensibles. Si el país se vino abajo”, justificó Jorge García, propietario de la gasolinera que Cillia alquilaba en Patricios y Romero.
En el último tiempo, como ya no podía comprar un camión de combustible, Cillia compraba tanques en otras estaciones de servicio de la zona para revenderlos. “Pero ahora ya no tenía ni para comer”, explicó un joven del barrio. Desesperado por la situación, a las 12.50 de ayer, Cillia y dos de sus empleados, Alberto Quevedo, de 43 años, y Jorge Páez, de 36, hicieron un túnel hasta llegar al ducto de Repsol-YPF y lo perforaron con un taladro neumático con la intención de robar nafta.
El combustible se acumuló en el túnel. “Se sintió un fuerte olor a nafta y se produjo una explosión no muy potente, como si estallara la llanta de un camión”, describieron algunos vecinos. La onda expansiva mató a los tres hombres, aunque ni siquiera había tenido la suficiente fuerza como para hacer estallar los vidrios del lugar, según informó el inspector Walter Barrios, de la subcomisaría del Barrio Matera. Las tres víctimas estaban en una de las dependencias de la estación donde antes funcionaba un kiosco y desde donde habían cavado el túnel. Los bomberos que trabajaron en el lugar explicaron que, aparentemente, “la tierra que hay sobre el poliducto fue lo que no permitió que la explosión fuese mayor”.
Según contaron algunos vecinos, Cillia estaba “acorralado por las deudas” y le habían cortado la luz 15 días atrás por una deuda de alrededor de 5 mil pesos. “El lo único que quería era volver a poner en funcionamiento su gasolinería”, dijeron.
Aunque la tragedia sorprendió a muchos de los vecinos, la explosión no fue la primera del barrio. Hace dos meses, a sólo 500 metros de allí, “el mismo caño maestro reventó y quedó el gasoil desparramado”, señalaron fuentes policiales. En esa ocasión, “el combustible inundó los alrededores y la gente se llevaba la nafta con baldes”, recordó una mujer.
Lucas Méndez, vocero de Repsol-YPF, aseguró a Página/12 que “ésta no es la primera vez que intentan robar o que roban. Sólo que en este caso no fue una obra de ingeniería profesional, como sucedió el año pasado en Lanús, donde habían instalado un galpón y los vecinos veían que entraban y salían camiones con combustible. Esta vez fue más bien algo precario”. Méndez explicó que el poliducto violado transporta varios productos desde una refinería de la ciudad mendocina de Luján de Cuyo hasta Buenos Aires. Y está a cuatro metros de profundidad.

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