¿Qué pueden tener que ver unas señoritas de espectaculares físicos que ansían ser coronadas como las más lindas del mundo con Amina Awal, la mujer sentenciada a morir lapidada en Nigeria? A primera vista, nada, y sin embargo, mucho. Existe un creciente movimiento internacional para boicotear la elección de Miss Mundo, que se realizará en Nigeria el próximo 7 de diciembre, como forma de presionar por la suerte de Amina. Hasta ahora siete candidatas anunciaron su deserción y en numerosos países los gobiernos se pronunciaron a favor del boicot, aunque al tratarse de un concurso privado son las representantes quienes toman la decisión. Eso es lo que está por verse en Argentina: el Consejo Nacional de la Mujer anticipó ayer a Página/12 que pedirán a los organizadores del evento en el país que adhieran al boicot y dejen en casa a la belleza local.
Hasta el momento, las representantes de Francia, Bélgica, Suiza, Noruega, Dinamarca, Costa de Marfil y Kenya anunciaron que no irán a Nigeria si no se anula antes la condena contra Amina Awal, cuya terrible lapidación por “adúltera” está prevista para el año 2004. La punta de lanza en esta batalla la enarboló otra nigeriana: la ganadora del título Miss Mundo 2001, Agbani Darego, a quien ese país le debe ser ahora la sede del certamen. A principios de setiembre otra voz la secundó: Yannick Azebian, la candidata de Costa de Marfil, anunció que no irá a Nigeria: “Espero que mi decisión sirva para salvar la vida de Amina”, dijo. Desde entonces otras seis misses dejaron de lado su aspiración a ser la más linda para sumarse al repudio. “Si fuera allí –explicó la suiza Nadine Vinzens–, no haría más que dar mi apoyo a todo eso.”
La suma de adhesiones convencieron al Consejo de la Mujer argentino a dar una batalla similar. Ya en agosto, la titular del organismo, Gloria del Socorro Abán, había dirigido una carta al embajador de Nigeria en Argentina para pedirle al presidente de ese país que “interceda ante el tribunal de Funtua en el estado de Katsina por el derecho a la vida de su compatriota Amina Awal”. Ahora, anticiparon que se inclinarán por el boicot al concurso, como ya hicieron otros gobiernos latinoamericanos. “La posición va a ser pedirles que no vayan –explicó a Página/12 Mónica Menini, asesora de Abán–. No vemos esto desde el punto de vista de la frivolidad de un concurso sino como forma de presión por la situación de Amina Awal.”
Las organizaciones de mujeres ya se están pronunciando en el mismo sentido. “Cualquier medio que se utilice para cambiar esa sentencia es positiva –dijo a este diario Monique Altschul, presidenta de la organización Mujeres en Igualdad–. Una iniciativa fue juntar firmas en defensa de ella, y hemos adherido a través de distintas páginas web. Pero es recurrente, porque ya se había conseguido suspender una lapidación y vuelve a aparecer otro caso. Internacionalmente hay que tratar de presionar a través de organismos de derechos humanos, la ONU, etc.”
Pero hay algunas aspirantes a reinas de la belleza en cuyas cabezas sólo late la idea de ser coronadas, más allá de lo que piense el gobierno de su país. Eso sucedió por ejemplo en Chile, donde la ministra del Servicio de la Mujer, Adriana del Piano, se pronunció a favor de denunciar el evento. “Me parecería grave –dijo– que no se expresara alguna protesta por esta situación.” Aunque la Televisión Nacional de Chile dijo que no transmitirá el concurso en solidaridad con Awal, la organizadora del certamen Miss Mundo Chile, Millaray Palma, afirmó que ya firmó un contrato y la candidata irá en busca de la corona.
También se inclinó por el boicot Costa Rica, donde la ministra de la Condición de la Mujer, Esmeralda Britton, consideró que el país “no debe participar en el certamen, porque cada piedra contra Amina Awal es una piedra contra los derechos humanos de las mujeres”. Otro llamado partió de Panamá, donde la Asamblea Legislativa aprobó una resolución solicitando que no se envíe a la candidata local. Algunas irán pase lo que pase. Eso dijeron por ejemplo las representantes de Colombia, Bolivia y España quienes alegaron en su favor que usarán la pasarela para pedir por la vida de Awal, algo que parece difícil para quienes conocen esos certámenes.
No se sabe cuánto de esto sabe Amina, quien hoy cuida a su beba Wassila, de nueve meses, motivo de la sentencia: un tribunal consideró que al haber sido engendrada tras el divorcio de su marido, constituye una prueba del adulterio. La feroz condena, a morir bajo las piedras, tiene fecha para el 2004.