SOCIEDAD › ANTE LA DEFENSA Y LA QUERELLA, UN JOVEN RATIFICó SUS DENUNCIAS
El joven “Luis” insistió sobre los supuestos abusos a los que habría sido sometido por el sacerdote en la Fundación Felices los Niños cuando tenía 17 años. “Es un testimonio clave para fundamentar la acusación contra Grassi”, evaluaron los abogados.
› Por Carlos Rodríguez
“Luis”, uno de los jóvenes que acusaron al cura Julio César Grassi de abuso sexual, sostuvo ante el Tribunal Oral 1 de Morón que después de los sucesos que ayer terminó de ratificar en el juicio oral, siente que “asesinaron su alma” y desde entonces “no puede encontrarse con Dios y les pide a los demás que recen por él”, confirmaron a PáginaI12 fuentes allegadas a la causa. El joven denunció a Grassi porque dice haber sufrido diez hechos de abuso sexual, cometidos, la mayoría de ellos, en la Fundación Felices los Niños, donde estaba internado al cuidado del sacerdote. Ante preguntas que le fueron formuladas en la audiencia de ayer, “Luis” respondió que lo ocurrido “afectó su espiritualidad” y que en el momento en que se produjeron los hechos “le impresionaba y le daba miedo ver cuando el imputado se quitaba el cuello de la sotana”, porque a partir de ese acto, sabía que comenzaban los abusos.
Jorge Calcagno, abogado querellante en representación de “Luis”, sin entrar en detalle sobre las manifestaciones del joven, confirmó que el chico “respondió a todas las preguntas” del también querellante Juan Pablo Gallego y de los letrados que defienden a Grassi (Daniel Cavo, Martín Tipito y Ricardo Malvicini). “Su declaración fue solvente, precisa y firme, a pesar de que la defensa, no sé con qué intención, le reiteró dos o tres veces la misma pregunta. Preguntas, además, que ya le había respondido a la fiscalía”, en la sesión del jueves pasado.
“Luis se mostró entero, decidido, y desde el punto de vista jurídico ha sido clarísimo en su declaración y sobre todo, contundente”, insistió Calcagno. El también querellante Juan Pablo Gallego coincidió en que lo dicho por “Luis” en el juicio “no hizo más que ratificar lo que había declarado en la etapa de instrucción”, por lo que consideró que se trata de “un testimonio clave para fundamentar la acusación contra Grassi”.
Daniel Cavo, uno de los defensores del religioso, eludió dar opinión sobre lo declarado por “Luis”. Se justificó diciendo que los miembros del tribunal, en la audiencia de ayer, hicieron “una severa advertencia a todas las partes para que eviten dar información sobre lo que se dice dentro de la sala”. Esto se produjo, según aclaró Cavo, a partir de informaciones publicadas este fin de semana en un diario cuyo nombre no se especificó y en una nota que fue difundida por un canal de televisión.
Entre las 9.30 y las 11 de ayer, “Luis” finalizó con las respuestas a la fiscalía y a las querellas. Por la tarde fue interrogado por los abogados defensores. Nora Schulman, directora ejecutiva del Comité de Seguimiento y Aplicación de los Derechos del Niño, declaró ante la prensa que la defensa de Grassi “realizó preguntas intimidatorias a ‘Luis’, quien se vio también muy presionado por la presencia del cura. De todos modos, su declaración fue muy clara y ratificó todo lo que había dicho antes”.
El primero de los hechos denunciados por “Luis” ocurrió en septiembre del año 2000 en una habitación que estaba sobre una oficina de la Fundación Felices los Niños, en Hurlingham. Esa vez, según declaró el chico, “mediante fuerza y abuso intimidatorio de la relación de autoridad existente”, el sacerdote “le acarició la cabeza y le dio un beso en la boca” al denunciante. “Luis” tenía 17 años. Los otros nueve hechos ocurrieron en la habitación de Grassi. En esos casos, el sacerdote estaba desnudo y obligó al chico a permanecer en el lecho, mientras él (Grassi) realizaba “actos de contenido sexual explícito, sin llegar a la penetración”, según consta en el texto de elevación a juicio presentado por el fiscal Matías Javier Rappazzo. Los casos de abuso sexual, según la denuncia, continuaron hasta las vacaciones de invierno del año 2002.
Por esa razón, ayer, al responder a las preguntas de la defensa, “Luis” dijo que su espiritualidad se había visto afectada y que ahora “no puede encontrarse con Dios”. Hoy van a declarar en el juicio dos peritos que le hicieron un estudio psicológico a “Luis” para determinar si tenía los síntomas propios de una persona que fue abusada sexualmente.
“Luis” tardó varios años en denunciar a Grassi. Recién lo hizo a mediados de 2006. El fiscal Ra-ppazzo, en su acusación, recordó que las víctimas de este tipo de agresiones “pasan por diversas y difíciles situaciones psicológicas. Incluso pueden llegar a creer que ellos son responsables de lo que les pasó, (por eso) puede costarles mucho tiempo, incluso toda una vida, exteriorizar no sólo ante desconocidos sino ante su círculo más cercano lo que realmente vivieron”.
El juicio seguirá mañana con la declaración de los peritos Susana Mendoza, Gastón Lucas Mendicoa y Sergio Bonotta, que le hicieron la única pericia psicológica al cura Grassi. En ella se dice que el acusado tiene algunas características del perfil propio de un “delincuente sexual”. La defensa niega la validez de la pericia, lo que hace prever un debate muy duro entre las partes por tratarse de una prueba clave.
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