“Yo no fui al secundario y me mantuve totalmente ajeno al cine hasta después de los 20 años”, respondió Héctor Alterio cuando le preguntaron qué sensaciones le despertaba el cine en sus épocas de estudiante de escuela media. Y la confesión, que sirvió para romper el hielo, cosechó risas entre funcionarios del Ministerio de Educación nacional, relacionistas públicos y los periodistas que se encontraban, al igual que el reconocido actor, en el edificio de Pizzurno al 900 para presenciar el lanzamiento de la Primera Semana de Cine para Secundarios, un proyecto impulsado por el programa Escuela y Medios de la cartera educativa nacional. La iniciativa busca ofrecer a los estudiantes de escuelas medias eso mismo que el reconocido actor no pudo tener: un acercamiento al cine. Ofrecerá a adolescentes de seis provincias y de la ciudad de Buenos Aires la posibilidad de ir gratis al cine a ver un grupo de unas 20 películas “distintas de las que ellos seguramente elegirían por su propia cuenta”, señaló la directora del programa Roxana Morduchowicz. La misma selección repartirán en formato de DVD en los establecimientos secundarios públicos de otras seis, a los que equipará con reproductores de DVD.

Según una encuesta realizada por el ministerio, el precio de las entradas y, en menor medida, la falta de salas son las razones por las que cuatro de cada diez adolescentes argentinos de entre 11 y 17 años no fue al cine en el transcurso de un año, en tanto que el resto sólo lo hizo en dos oportunidades. Al respecto, el ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, presente en la charla, opinó que “los datos reflejan la amplia brecha social que hay en cuanto al acceso a la cultura, cosa que hay que empezar a revertir”.

Si bien la idea nació en el seno de Escuela y Medios, su puesta en marcha contó con la colaboración de un conjunto de actores mucho más amplio que se completa con las cadenas de cine Hoyts, Cinemark y Village; distribuidoras y productoras cinematográficas, la editora AVH y otras empresas.

Los complejos cinematográficos son los que ofrecerán algunas de sus salas en la ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, Mendoza, Santa Fe, Salta, Córdoba y Neuquén para que los adolescentes puedan disfrutar gratuitamente de las películas. “Podrían ofrecer descuento en las entradas de forma permanente a los chicos”, propuso entre risas, aunque con dejo de reclamo, el cineasta Marcelo Piñeyro, que también fue de la partida.

Darles a los adolescentes la posibilidad de disfrutar del arte cinematográfico y ofrecerles películas distintas de las opciones que el sistema comercial crea específicamente para el público que ellos conforman son algunos de los objetivos a los que apunta la iniciativa.

El programa incluye para los docentes una propuesta de actividades para trabajar con los chicos en las aulas luego de ver las proyecciones. En ese sentido, Tedesco señaló que “permitir el acceso a nuevos lenguajes culturales como el cine es una manera de mejorar la calidad educativa”.

“Estando inmersos en una cultura visual imperante, la idea es que los estudiantes aprendan sobre el lenguaje de cine y que, por encima de todo, fortalezcan su capital cultural –recalcó la funcionaria–. La exclusión de la cultura es una manera de fortalecer la exclusión social.”

La propuesta se concretará el martes, miércoles y jueves de la semana próxima, todos los días a las 14, cuando los estudiantes tengan las puertas abiertas de las salas. Los estudiantes que podrán disfrutar del beneficio serán los que concurran a las escuelas públicas seleccionadas por los ministerios educativos locales. Por otro lado, deberán ir con su grupo de estudio, no de forma individual.

En cada una de las 50 salas que participan del programa habrá una película predeterminada: Luna de Avellaneda, Nueve reinas, Amelie, Niños del hombre, Persépolis y Kamchatka –cuyo director formó parte de la presentación del proyecto– son algunas de las elegidas. Según Morduchowicz, “se seleccionaron films que ofrecen un valor agregado; algunos sirven para fomentar el sentimiento de identidad nacional de los chicos; otros, protagonizados por pares, ofrecen a los chicos vivencias similares a las suyas; y, por último, son películas que los chicos van a recordar”.

Informe: Ailín Bullentini.